El Stand Up Paddle Surf (SUP) es un deporte que se creó en los años 60 en Polinesia, en una playa que se llama Waikiki de Hawai. Los residentes de esta zona que se dedicaban a hacer fotos a los turistas que practicaban surf se subía a tablas más anchas de lo normal con remos para alcanzar una mayor velocidad y posicionamiento para hacer las mejores fotos a los turistas. Y así, con el paso de los años, se ha convertido en una disciplina deportiva que cada vez gana más adeptos».

Con esta breve introducción teórica sobre la historia del SUP, José Gutiérrez, monitor titulado en SUP y surf de la empresa Nomad Surfers, explica a sus alumnos en qué consiste este deporte. A estas instrucciones teóricas se suman unas normas básicas de seguridad que todos deben conocer: «Por ejemplo, no acercarse a los bañistas, no separarse del grupo, no acercarse a las piedras o no navegar solo. Además les enseñamos cómo tienen que caer; deben evitar a toda costa caer sobre la tabla porque se pueden hacer mucho daño», cuenta el instructor. El SUP tiene dos modalidades: travesía y surf: «La primera modalidad es la que más se practica en Eivissa porque no hay muchas olas. También existe una travesía que se llama down wind, que consiste en moverse a favor del viento y con las olas; aprovechas su movimiento. Después podemos surfear, pero no consigues tanta agilidad como con la tabla de surf normal».

Según explica el instructor, las sensaciones que se experimentan sobre la tabla de SUP son similares a la práctica de kayak: «En lugar de ir sentado vas de pie. La sensación cambia completamente porque es como si fueras andando en el agua: ves todas las medusas, los erizos...es muy emocionante».

El grupo de SUP se suele reunir en playas como Cala Carbó, Cala Bassa y Platges de Compte: «Aunque realmente lo único que necesitamos es agua porque podemos salir desde puertos o tirarnos desde acantilados, por ejemplo».

María José Real