Uno de los niños jugando en la piscina durante la fiesta hawaiana. Foto: GERMÁN G. LAMA

Además de flotadores, manguitos, colchonetas, gafas de buceo, gorros de piscina y demás útiles habituales en una clase de natación, también abundaban los collares y las coronas de flores. Todo esto sin olvidar la decoración especial para la ocasión como palmeras de plástico o tablas de surf de colores elaboradas con cartón, que convirtieron la piscina municipal de Sant Antoni en lo más parecido a la isla caribeña de Hawai.

Durante toda la tarde la piscina municipal estuvo reservada para la fiesta hawaiana que celebraba su segunda edición y que estuvo organizada por el Ayuntamiento de Sant Antoni con motivo de las fiestas de Sant Bartomeu.

Los primeros en lanzarse al agua fueron los más pequeños y alguno de ellos lo hizo entre llantos y sollozos. Uno de los monitores, con infinita paciencia y dedicación, convencía a los indecisos para que participaran en los juegos acuáticos. «Ven conmigo al agua que es muy divertido», les decía para convencerles. «Mi hijo es la primera vez que viene a la fiesta pero sí está apuntado a clase de natación», explicó la madre de Pau, de 4 años. Mientras, algunos pequeños que ya había hecho varios largos aferrados a su flotador encontraban algunas dificultades para nadar con las guirnaldas caribeñas.

Alrededor de 20 pequeños saltaban, chapoteaban y nadaban mientras sus padres, situados en la parte alta donde se encuentran las gradas, aprovechaban para inmortalizar, cámara de vídeo en mano, los divertidos momentos. Con diferentes juegos, entre los que estaba deslizarse por el tobogán, mantener el equilibrio por un cilindro hasta llegar a un gran pulpo o experimentar la sensación de velocidad en un gran flotador, los niños disfrutaron de una sesión de piscina muy diferente a lo habitual.

Después estaba previsto que los mayores de 16 años también participaran en otra fiesta hawaiana organizada para ellos.