El director general d'Obres Públiques del Govern, Antoni Armengol, sostiene que uno de los dos drenajes de la autovía al aeropuerto podría estar aprobado este mismo año, con lo que las obras podrían comenzar en unos pocos meses. Se trata de la canalización OD3, que sale de la zona de los viveros (cerca del aeropuerto) y que el anterior Govern dejó a medio hacer ya que la tubería salía directamente en el terreno de un vecino que había interpuesto contenciosos por este motivo ante el Ejecutivo autonómico.

Este proyecto ya ha pasado por el periodo de información pública. En principio se habían planteado cuatro alternativas para el paso de esta canalización y tras la fase de consultas Costas y la dirección general de Litoral han dado su visto bueno a una de ellas. Ahora esta solución se tendrá que enviar a la Comissió balear de Medi Ambient para que la apruebe. Mientras tanto, también se debe realizar un análisis de aguas. «Esto podría estar aprobado este mismo año», explicó Armengol, que indicó que en una semana tendrán listas dos solicitudes que tienen que hacer para el paso de esta tubería. Una es la petición de una concesión de ocupación del dominio público de Costas y otra una autorización de vertidos de agua a Litoral. Lo que puede llevar más tiempo es la autorización de Costas. «Se tramitan en Madrid, son farragosas, pero intentaremos agilizarlo», señaló el director.

Sobre este proyecto se solicitó informe a siete organismos, entre ellos el Consell. Según la Conselleria, la principal dificultad de esta canalización es que cualquir alternativa prevé una tubería que tiene que autorizar Costas.

El más complicado

El otro drenaje sí que es mucho más complicado porque necesita el visto bueno de once administraciones. El Govern tiene dudas de que pueda estar aprobado en los dos años que restan de legislatura. «No renuncio a poder hacer las obras antes de dos años, pero hay que ser realista», reconoció Armengol, que recordó que la primera vez que plantearon diversas alternativas a los organismos pertinentes (entre ellos Costas y el parque natural de ses Salines) contaron con multitud de informes desfavorables, por lo que tuvieron que hacer una nueva fase de consultas previas. La solución principal consiste en extraer el agua procedente de la carretera a la altura del cruce de ses Salines y canalizarla hasta el desagüe del estanque de sa Sal Rossa, al final de Platja d'en Bossa. La canalización va cubierta en algunos tramos. También prevé una balsa de aproximadamente 39.999 m3. Sin embargo, la principal desventaja de esta alternativa es la oposición del parque natural de ses Salines. Tras esa primera fase se están redactando dos nuevas alternativas, que consisten en la construcción de una balsa drenante y la canalización de un doble sifón de una tubería a otra. Desde el Govern calculan que en un mes podría salir a información pública.

Armengol destacó que conseguirán aprobar este drenaje sin «pasar por encima de nadie» y resaltó lo complicado que resulta convencer a todos los organismos.