Sevillano, de 31 años y aficionado a la música rock desde que era niño, ToteKing se define como un rapero pacífico, con mucho humor, que escribe y canta sobre temas de la vida diaria. Asegura que está harto de que le llamen rapero universitario «porque no es mi verdadera bandera, mi carta de presentación» y cuenta que hará disfrutar a su público más fiel en su primer concierto en Eivissa, que tendrá lugar este sábado a partir de las nueve de la noche en la sala Martina de Platja d'en Bossa dentro del ciclo de conciertos Hip Hop Series, promovido por Heat Internacional con la colaboración del Consell d'Eivissa. La entrada cuesta 15 euros en venta anticipada (se puede comprar en Discos M15, Delta Discos, Ezk8, Nanamartín, Totmusic, Megamusic de Sant Antoni y Holidays de Santa Eulària) y 20 en puerta.

-¿De dónde viene eso de ToteKing?

-En mi familia me llaman Manolote y de ahí salió Tote. Me gustó y me quedé con él.

-¿Qué recuerdos tienes de tu primera etapa con La Alta Escuela?

-Fue increíble porque es realmente cuando empecé a darme cuenta de cómo funciona el mundo del hip hop y eso era lo que quería hacer. Fue una época muy bonita. Yo había empezado a escuchar hip hop en el 95 y dos años después empezamos con La Alta Escuela. Hasta entonces había sido de rock, y de hecho lo sigo siendo. Creo que soy un rockero de los clásicos, de los de Jimmi Hendrix.

-De estilo fresco, directo e innovador...

-Dentro de lo que es la cultura hip hop, en la que reina el estilo gángster más agresivo, más callejero y más violento, creo que aporto innovación porque mi discurso es totalmente pacífico y con mucho humor. Lo habitual es que el rapero sea un tío duro, malo y muy machote y yo no voy por ahí. Soy una persona normal, que cuenta historias de la vida cotidiana con el lenguaje de rap, que es más de vacile y chuleo.

-¿Estás harto de que te llamen 'rapero universitario'?

-Al principio era gracioso, pero desde hace cuatro años me está empezando a pesar. Nunca he escondido esa etapa de mi vida, pero no es lo que realmente me identifica, no es mi bandera. Además en este mundillo del rap parece que sea hasta contraproducente que hayas estudiado una carrera universitaria [le quedan cuatro asignaturas para acabar la carrera de Filología Inglesa] porque parece que cuanto más callejero seas, más respeto te tienen.

-Entonces, ¿la universidad es un engaño?

-Para mí sí porque estaba en quinto de carrera y tenía la sensación de que no sabía absolutamente nada. El funcionamiento es el mismo que el de una fábrica: sacan alumnos en serie, que tienen como objetivo complacer a los profesores, no tienes que pensar por ti mismo, tienes que agradar y ya está. Te están preparando para ser esclavos. Las lecciones de la vida, del día a día, son las que al final mandan, las que nos hacen ser como somos.

-¿La crítica puede ser buena?

-Reconozco que antes me indignaba cuando leía algo malo de mi trabajo o de mí. Tanto que una crítica mala podía sobre 20 buenas. Hasta que un día un rapero muy conocido en el país y que está en boca de todos me dijo que mi problema es que leía demasiado lo que se decía en los foros, lo que se publicaba en revistas y que dejara de hacerlo. Así fue y realmente me cambió la vida. No veo la tele ni escucho la radio. Me siento privilegiado porque escucho la música que quiero, no la que me pone un dj, leo lo que quiero y veo el cine que me apetece, no los programas que me impone la tele.

-¿Te hubiera gustado dedicarte al deporte profesional?

-Siempre he jugado al baloncesto en equipos federados; desde que era pequeño. Si no hubiera sido rapero me hubiera gustado ser jugador de básquet, que es mi segunda gran pasión.

María José Real