Las primeras paletadas de fango de la zona del dique de es Botafoc se extraerán la semana próxima. No se trata del inicio de las obras de la nueva explanada cuya actuación ha generado tanta polémica sino que son operaciones necesarias antes del inicio de los dragados. Se trata de un estudio geotécnico del fondo para determinar dónde se anclarán los pilotes que soportarán los dos pantalanes que prevé el proyecto, así como unas catas arqueológicas, según anunció ayer en Eivissa el presidente de la Autoritat Portuària de Balears (APB), Francesc Triay.

«Quiero anunciar el inicio de los trabajos preparativos. No son las obras propiamente dichas, ya que esperaremos al informe de la misión (de los asesores de la Unesco venidos en noviembre por la denuncia sobre la posible afección al Patrimonio de la Humanidad), sino que son operaciones que se deben hacer necesariamente antes por lo que lo que hacemos es ganar tiempo».

Triay explicó que «el estudio geotécnico ya estaba hecho cuando se tenía que hacer la Declaración de Impacto Ambiental y se supone que, antes de hacer la DIA, lo tuvieron que ver [en el Ministerio de Medio Ambiente], pero como el documento dice que hay que hacer uno, haremos otro con una técnica más completa».

«Aparte, por acuerdo con el Consell, haremos una cosa que no estaba prevista en la declaración de impacto, que son unas catas arqueológicas en 4 o 5 puntos concretos, unas excavaciones con los arqueólogos para analizar exactamente estas áreas», añadió.

Triay anunció estos trabajos tras un encuentro del Consejo de Navegación del puerto, organismo integrado por el Ayuntamiento, sindicatos, vecinos, consignatarios y Fomento del Turismo, entre otros. «El Consejo ha sido unánime en cuanto a la urgencia de realizar las obras. Todos somos conscientes de que la situación actual no favorece al turismo, como han reflejado las imágenes, por lo que también hay unanimidad en lamentar que los trabajos no se hayan puesto en marcha todavía», aseguró el presidente.

Ver para comprender

Las imágenes a las que se refería Triay son las de un vídeo de ocho minutos de duración que se presentó a los asesores de Centro del Patrimonio Mundial, Icomos y de la UICN. La filmación, realizada en dos días del pasado verano, «es una muestra representativa sobre cómo es el puerto en temporada turística, qué es lo que se necesita y que la gente que viene en noviembre podría llevarse una idea equivocada al respecto», apuntó el directivo de la APB.

No es éste el único material que se ofreció a los miembros de la misión inspectora. A petición de la propia Unesco, según Triay, se elaboraron en tres semanas unas recreaciones por ordenador de cómo podía quedar el puerto tras las obras.

«Son imágenes elaboradas en poco tiempo que no se corresponden a un proyecto concreto de obra pero que dan una idea comparativa del cambio que se puede producir», apuntó el representante de Puertos del Estado en Balears.

«El proyecto concreto está siendo objeto de un estudio de ordenación del espacio que se plasmará en una propuesta real de ejecución en el que intervendrán el Ayuntamiento y en el que se colaborará con comerciantes y vecinos», añadió Triay, quien insistió que «habrá una importante participación institucional y social porque está claro que ésta es una actuación para la mejora de la ciudad y no una imposición de la APB», remarcó.

Con estas presentaciones, Triay apuntó que se querían dejar claros «los argumentos principales en relación con Unesco». «Por un lado, el que las obras no están dentro de la zona principal de protección ni de la zona de amortiguación, como se puede ver en los planos de la propia declaración, por lo que no estamos afectados por las normas de la Unesco de forma que no hemos incumplido ninguna obligación de dar información previa. Aparte de eso, como argumento positivo, queríamos reflejar que las obras supondrán una mejora sustancial del bien declarado Patrimonio de la Humanidad, Dalí Vila, y la zona tampón, La Marina», resumió.

Actuaciones necesarias

Siguiendo con la línea de recordar los argumentos que defiende la APB respecto a la ampliación, Triay recordó que la estación marítima de Formentera junto a La Marina «reducirá el tráfico», aminorará el impacto visual del tráfico constante de camiones y mejorará la seguridad en la zona.

«A veces se ponen en duda cosas que son la base de este proyecto, como que en es Botafoc se tiene que hacer una estación marítima», declaró el responsable de Puertos. «Será una estación adecuada al tráfico importante que seguro se recuperará; lo que no puede ser es que se piense que se puede planificar con las cifras de una profunda recesión, posiblemente la segunda más importante en 100 años. Tenemos que planificar con la curva de crecimiento de tráfico que tenemos habitualmente y que recuperaremos en tres años», apuntó.

En cuanto al punto de vertido de lodos, aseguró está a 17 kilómetros del vértice más cercano del parque natural de ses Salines, tiene una profundidad de 280 metros y es el mismo en el que se hicieron los vertidos de los lodos extraídos para hacer el dique de es Botafoc. «Esto ha permitido estudiar los cambios en el fondo y se ha comprobado que son mínimos, que afectan a sólo 200 metros cuadrados y a esto hay que añadir que los sedimentos no están contaminados», declaró.

Respecto al informe de Icomos-España, Triay declaró que «aparte de que en media página despacha un proyecto de años, el autor no se puso en contacto con nosotros para conocer los detalles del plan o conocer su justificación». «Es un informe de parte», remató.

«No parece que sea una interpretación (de la ley) unánime ni la más sólida». Con estas palabras apuntaba Triay la situación de la petición realizada por el Club Náutico Ibiza (CNI) de que se amplíe por 20 años la concesión, que finaliza en octubre próximo, debido a su interés estratégico. «La característica social de la náutica del CNI se debería mantener», añadía Triay, dando algunas esperanzas a las aspiraciones de la entidad. «El Club de Maó podría haber ganado fácilmente el concurso con las bases que había si se hubiera esforzado más, no hubiera actuado con tanta prepotencia y pensando que podría haber otros concurrentes. Ahora, con la experiencia de Maó, se pueden hacer unas bases más pensadas para la náutica social, más pensadas para la realidad de los usuarios actuales», añadió.

El año 2010 pueden batirse los récords de llegada de pasajeros de crucero al puerto de Vila tras un 2009 en el que se ha producido un incremento sustancial de las arribadas de este tipo de turistas. «Las perspectivas para el año próximo, con todas las reservas, apuntan a un incremento en el número de cruceros turísticos de forma que es posible que se paso de los 91 de este año a 115 en 2010».

Respecto a los cruceros, Triay también aseguró que «los consignatarios han dicho en el Consejo de Navegación que no se puede esperar para tener espacio para más cruceros, pero sólo hay que esperar 24 meses porque, cuando se tenga la infraestructura, aunque no esté la estación hecha, se podrán acoger barcos».