Muchas de las participantes lucían el atuendo típico del campo. | Marco Torres

Los cerca de 90 kilos que de sobrasada y butifarra que se dispensaron ayer antes del mediodía en la cooperativa de Sant Antoni hacían presagiar que la gente se había acercado hasta allí para disfrutar y vivir una jornada rural cargada de actividades. Desde primera hora de la mañana la actividad fue intensa, más de una veintena de artesanos (el doble del año pasado) se afanaban por mostrar sus mejores productos, mientras otros exponían sus animales de granja, los utensilios tradicionales a la vez que se celebraba una labrada payesa y un paseo en burro para niños.
Una de las atracciones del día fue, sin duda, la exhibición de doma clásica a cargo de Juan López, que estuvo acompañado de su hijo. Por tercer año consecutivo López ofreció con sus caballos de pura raza española un elegante espectáculo.

Reponer fuerzas

Tras la exhibición ecuestre llegó el turno de la torrada, como no acompañada de vino payés y repostería ibicenca. En total se repartieron 800 raciones, un dato que Juan Armat, organizador del evento, valoraba de manera muy positiva. «Para el día que ha hecho, amenazando lluvia todo el rato, ha estado muy bien, ha habido un gran ambiente». Armat se mostraba muy orgulloso de la ayuda y colaboración recibida. «Quiero agradecer la ayuda a todos, desde los payeses, a los artesanos, a Juan López y a todos los que han colaborado en esta edición», apuntó Armat. La sexta edición de Sant Antoni Rural se cerró con una carrera de burros y unaconferencia sobre salud.