Ejemplar del islote de s'Espartar, que destaca por su azul ultramar.

Las sargantanes que pueblan las reservas naturales de es Vedrà, es Vedranell y los islotes de Poniente son el objeto del último estudio que sobre estos conocidos reptiles se está realizando en las Pitiüses. A cargo del reconocido experto en Herpetología, Valentín Pérez Mellado, se están estudiando los factores que condicionan la colonización de los ecosistemas insulares por reptiles, a partir, se supone siempre, de zonas continentales. Tratan de averiguar qué ha condicionado esa colonización y por qué se ha producido de manera diferente en unos archipiélagos y otros del Mediterráneo. Por ejemplo, aclara Pérez Mellado, «la colonización de estos reptiles en Mallorca y en Menorca ha sido completamente diferente a la de Eivissa, igual que la humana», y se refiere a los primeros seres humanos que llegaron a estas tierras.
Para este herpetólogo es muy interesante el motivo por el que en las islas principales de Mallorca y Menorca las sargantanas están totalmente extinguidas y sólo quedan en los islotes costeros, sin embargo, en la isla principal de Eivissa, todavía existen estos reptiles. «La conducta es totalmente diferente, las sargantanas pitiusas son muy activas, muy desconfiadas con respecto a los depredadores, pero osadas y robustas con los humanos. Prueba de ello es que han conseguido sobrevivir a tremendos depredadores como son los gatos asilvestrados».
En cuanto al comportamiento de estos reptiles, una de las características que es común a todos los que habitan estos islotes, pero distinta a las de los continentes, es que al haber tenido unos recursos alimenticios muy limitados y, pese a que las sargantanes proceden del árbol evolutivo de animales estrictamente insectívoros, se han visto obligadas a explotar alimentos vegetales y lo hacen de formas muy diversas. «Comen frutos carnosos, polen, néctar , hojas y hasta las flores de las plantas. El omnivorismo les llega hasta el canibalismo, ya que son capaces de consumir a sus propios conespecíficos e incluso pueden llegar a alimentarse de pequeños dragos». Las sargantanes llegan a comer excrementos de gaviotas o de otros animales marinos, «por lo que la lista de sus alimentos es prácticamente infinita», exclama sorprendido Valentín Pérez.
Osadas
El hecho de que estos reptiles se acerquen a las personas buscando comida, explica el herpetólogo, es otro rasgo de ese omnivorismo, «son extremadamente osadas y se acercan a cualquier persona que de una forma bien intencionada pueda darles algo de comida. Son capaces de comer cualquier alimento humano sin el más mínimo problema». Sin embargo, comenta Pérez Mellado, «no es aconsejable darles comida porque se perturban sus procesos naturales de obtención de alimento. Lo que está claro es que en los continentes esa confianza con los humanos no existe», sentencia.
La diversidad de colores que se aprecia en las sargantanas pitiusas, fue lo que motivó que comenzaran los estudios sobre estos reptiles. «Los investigadores alemanes estaban asombrados, como lo seguimos hoy día, por la enorme variedad de diseños y coloraciones que había en los diferentes islotes de Eivissa y en la propia Eivissa».
Diferentes
Esa variedad de tonalidades, ilustra Valentín Pérez, es el reflejo de una diversidad de situaciones ecológicas y de procesos evolutivos distintos en los diferentes islotes que hace que las habitantes de cada islote no sean iguales. Es algo que se observa en la ecología e incluso en la conducta de cada una de esas poblaciones. «Con lo que aunque sean la misma especie y estén emparentadas genéticamente, cada una de ellas ha tenido un proceso divergente de evolución que ha sido muy rápido y nos sirve para rastrearlo».
Por lo que respecta a los problemas a los que se enfrentan estos reptiles, Pérez Mellado reconoce que durante mucho tiempo los han provocado los mismos colegas investigadores que «muy interesados por la ciencia y poco por la conservación de la especie, hicieron colecciones excesivas e injustificadas de centenares de invididuos, en algunos casos casi abocando a la extinción de las poblaciones».
Otro problema al que se ha enfrentado la sargantana pitiusa ha sido al coleccionismo privado que durante los años 80 se hizo con afán comercial.
En cuanto al hábitat, en los islotes la presión ha sido y es menor, pero en las isla de Eivissa ese sí que ha sido un problema y ha habido zonas en las que las poblaciones han desaparecido como cosecuencia del enorme desarrollo turístico.