Los cofrades recibieron un cálido aplauso al salir de la iglesia del Rosario | Irene G.Ruiz

Paso a paso y a ritmo de la Agrupación Musical Nuestra Señora de los Dolores, los costaleros que llevaban a hombros a Jesús del Gran Poder se fueron abriendo paso entre la multitud que acudió a la procesión para ver cómo subían la imagen hasta la Catedral, donde aguarda hasta el viernes la procesión del Santo Entierro.

Una vez fuera de la iglesia del Roser y tras la bendición del obispo de Eivissa Vicente Juan Segura de la nueva túnica del Cristo, elaborada en terciopelo azul con bordados de oro, el aplauso de los allí congregados y una sentida saeta dio ánimos a los costaleros para continuar con su camino procesional. «Sí que son valientes, sí, y tienen que subir hasta la Catedral», comentó uno de los asistentes. Y es que los casi 600 kilos del paso, repartidos entre la imagen del Cristo, las flores, la ropa y los faroles guía, necesitan mucha coordinación y paciencia.

A medida que los alrededor de 120 cofrades discurrían por las calles de Eivissa el sentimiento de los devotos iba en aumento hasta el punto de arrancar lágrimas de los más fieles a Jesús del Gran Poder y la toma de muchas imágenes y grabaciones en video para recordar la solemnidad del paso.

Mañana a partir de las 20,30 horas partirá la procesión del Santo Entierro desde la Catedral de Eivissa