Tanto en Eivissa como en la localidad de Santa Eulària, cientos de personas, además de fieles y cofrades, salieron ayer a la calle para acompañar a las imágenes en la procesión más importante de la Semana Santa ibicenca, el Santo Entierro. Por la mañana, el Via Crucis viviente que se representó en el Puig de Missa congregó a cientos de personas en uno de los actos más populares.

Con solemne respeto, una multitud se agolpaba ayer por la noche en la plaza de la Catedral para ver la salida de las primeras imágenes de la procesión. Entre el gentío, los nazarenos de la cofradía de Jesús del Gran Poder se colocaban para abrir paso, mientras una ovación, la primera, señalaba el sorteo con éxito de la puerta del templo. La Agrupación Musical Nuestra Señora de los Dolores entonaba la marcha Gitano de Sevilla, mientras decenas de fieles tocaban el paso en señal de respeto.

La segunda cofradía en salir era la del Cristo de la Agonía, que se estrenaba con su nueva imagen, el Cristo Cautivo. Tras él, el paso con el Cristo que da nombre a la cofradía y que, por primera vez en Eivissa, fue llevado por costaleros. Una comitiva formada por trece legionarios marcaban el paso y escoltaban al Jesús Crucificado. La Virgen de la Esperanza lucía espléndida en su salida de la Catedral y las 20 mujeres que la llevaban en sus hombros fueron de las más ovacionadas durante todo el recorrido por Vila.

Nuestra Señora de la Piedad, una de las cofradías más numerosas, fue la tercera en salir. La imagen con la Virgen sosteniendo a Cristo muerto en los brazos se llevó una gran ovación cuando los cofrades encargados de llevarla la hicieron balancear en alto, muy por encima de sus cabezas. Mientras, tres niños pequeños, ajenos a lo que representa el Santo Entierro, se reían y comentaban inocentes el desfile de decenas de nazarenos.

Paso a paso, fueron bajando las imágenes por las sinuosas calles de Dalt Vila, como la de Sant Ciriac, donde más de un paso se enfrentó a complicadas maniobras que resolvieron no sin esfuerzo.

Al paso de la primera de las imágenes por la plaza del Ayuntamiento, la cofradía del Santísimo Cristo del Cementerio salía de la iglesia de Santo Domingo para incorporarse a la comitiva procesional. Mientras, en la Catedral era el turno de la hermandad Nuestra Señora de los Dolores, una de las cofradías más numerosas y que fue fuertemente ovacionada en la salida. Tras ella, la imagen del Cristo Yacente, que da nombre a otra de las cofradías de Vila, fue la encargada de cerrar la procesión del Santo Entierro.

Durante todo el recorrido, cientos de personas se buscaron un sitio privilegiado para ver pasar la procesión y captar las mejores instantáneas. Así, la escalera situada en el inicio de la calle Joan Roman se había convertido ayer por la noche en una grada improvisada, y en la que no cabía ni un sólo espectador más.

Poco a poco, todas las imágenes fueron bajando de Dalt Vila hasta llegar a Vara de Rey, desde donde cada cofradía se dirigió, bien entrada la noche, hacia su parroquia para despedir la Semana Santa hasta el año que viene