Reca, uno de los trabajadores que acude a su casa, le ayuda a bajar las empinadas escalares de su casa. | Marco Torres

Poda, casi a diario, los rosales de su pequeño jardín; se viste ella misma, aunque con algunas dificultades; hace sus 10 o 15 minutos de ejercicios; se asea y también se hace la comida. «Todo aquello que puedo hacer, lo hago sola, sólo necesito ayuda para algunas cosas», explica María Jesús Rodríguez, de 61 años, que sufrió un ictus hace 14 años, lo que le provocó una parálisis en medio cuerpo.

Desde que eso le ocurrió es usuaria del servicio de ayuda a domicilio del Ayuntamiento de Vila, que este año cumple 20 años, y con el que consigue la independencia que quiere. «El servicio llega donde yo no llego, pero no me gusta que me hagan las cosas que yo puedo hacer», explica esta mujer optimista y luchadora. «Lo tengo todo a mano y así puedo vestirme sin ayuda», comenta, mientras con una mano, en la que tiene movilidad, coge sus zapatos para calzarse.

Dos trabajadores familiares acuden a su casa dos veces por semana. «Carmen, por ejemplo, me corta el pelo porque yo sola no puedo», explica María Jesús Rodríguez, mientras rellena el formulario para solicitar el servicio de préstamo de libros a domicilio que ha puesto en marcha la biblioteca municipal de Vila. «Estoy deseando que venga el bibliotecario para ver qué libros tienen. Me apetece leer algo sobre la cultura maya», comenta Rodríguez, muy aficionada a la lectura.

El otro de los trabajadores que acude a su casa es Reca, con el que sale, por ejemplo, a hacer compras o algunas gestiones al banco. «Me voy apoyando en la pared hasta la salida de casa pero sí que necesito que Reca me ayude con estas escaleras», explica María Jesús Rodríguez. La falta de una barandilla continua por la escalinata hace que le sea imposible bajar los más de 30 peldaños que tiene hasta llegar a la calle Ramón Muntaner.

El servicio de ayuda a domicilio, creado en 1990, se gestiona directamente por el Ayuntamiento de Eivissa desde el año 2000, y está llevado desde el departamento de Promoció de l'Autonomía i Atenció a la Dependència, coordinado por María José Hidalgo. «Este año se han incorporado dos trabajadores familiares más a este servicio, lo que hacen que sean 12 en total, y su coordinadora, Lina Roig», explica Mónica Torrents, jefa de Treball Social. En total, son 110 domicilios los que están recibiendo este tipo de ayuda, del que se benefician alrededor de 120 personas. Se suele asociar este tipo de servicio con las personas mayores, pero también lo puede solicitar aquellos ciudadanos que por alguna razón temporal, por ejemplo, un accidente, lo necesiten. «Gracias a las dos nuevas incorporaciones no tenemos lista de espera en este servicio de ayuda a domicilio», comenta Torrents.

El objetivo de este tipo de servicios municipales es que los beneficiarios consigan ser más autónomos e independientes. María José Rodríguez, gracias también a su tesón y vitalidad, es uno de estos casos.