La tarde tan especial de juego arrancó con varias líneas que cantaron algunos de los residentes.

Collares de corazones con su foto y un dominó para los que cantaran línea. Cestitas con galletas y una bolsita perfumada para los que consiguieran bingo. Esos fueron los regalos que recibieron los pequeños que participan en el proyecto Escoles Obertes y los mayores de la residencia Can Blai, que compartieron ayer una tarde muy divertida, llena de números, alegría y sobre todo mucho cariño. Con los cartones repartidos y cada uno en su asiento, la pequeña Paula fue quien se encargó de sacar los primeros números. Minutos después, Carmela, usuaria de Can Blai, fue la primera en cantar línea y en recibir de manos de la pequeña Paula su collar de corazón con su foto.

Debido al éxito del año pasado, los coordinadores de Escoles Obertes, promovido por el Ayuntamiento de Santa Eulària con la financiación de la Conselleria de Treball i Formació y el Fondo Social Europeo, han tenido que programar en tres partes las visitas a la residencia de Can Blai: una tarde para juegos, otra para talleres y una última para la actuación conjunta. Pero ayer era tiempo de tachar números y conseguir los premios que los alumnos de los centros participantes habían preparado durante algo más de dos semanas, entre pintar los cartones, hacer las fichas, el mural y los regalos.

«Escoles Obertes ofrece un espacio de juego para los niños del municipio que tengan entre 4 y 12 años en el que también pueden participar los padres si quieren. El objetivo es que aprendan a jugar con sus iguales sin competir. Las escuelas permanecen abiertas todos los días de 16,00 a 18,00 horas», explicó Rosa Valverde, coordinadora del proyecto, quien añadió: «Los alumnos han estado trabajando durante algo más de dos semanas para preparar el bingo».

Rosa Ferrer, coordinadora de servicios sociales del Ayuntamiento de Santa Eulària, explicó que tanto para niños como mayores este tipo de actividades es una manera de salir de la rutina.