El Ministerio Fiscal anunció ayer en las conclusiones del juicio por la cantera de ses Planes las penas solicitadas tanto a los hermanos Parrot como al ex alcalde de Santa Eulària, Vicent Guasch. El fiscal Antoni Torres señaló que la instalación funcionó durante «26 años o más sin inspección oficial por parte del Ayuntamiento y del Consell Insular y de forma descontrolada», sostuvo.

Durante su intervención, Fiscalía indicó que el alcalde «como primera autoridad debía paralizar y suspender inmediatamente la actividad de la cantera». «Es una obligación legal cuyo cumplimiento no es discrecional. No es que los alcaldes decidan hacerlo a su conveniencia, es una obligación que se incumplió», apostilló el fiscal. Por ello, mantuvo que los hechos son constitutivos de un delito contra el medio ambiente por parte de los tres acusados y, además, al ex alcalde se le añade el supuesto delito de prevaricación. Por todo esto, Fiscalía solicita las penas de cuatro años y tres meses de prisión a los hermanos Parrot y a Guasch; y una pena de siete años de inhabilitación para empleo o cargo público a éste último.

Leyes despreciadas

El fiscal insistió que todas las normativas que regulan las actividades clasificadas fueron «despreciadas y desconocidas» tanto por los propietarios de la cantera de ses Planes como por el ex alcalde: «Las leyes no se hacen gratuitamente sino en garantía de multitud de derechos». El efecto, según Fiscalía, de estos hechos es que se «han llevado por delante más de 50.000 metros cuadrados, causando daños e innumerables molestias».

En relación a la actuación de los hermanos Parrot, Fiscalía señala que prefirieron obtener un lucro particular en lugar de cumplir con el interés general de toda la sociedad y la legalidad: «A pesar de que los hermanos Parrot lo sabían (la ilegalidad), lo siguieron haciendo con la tolerancia de la Administración, que estaba obligada a paralizar la actividad de la cantera». En cuanto al permiso obtenido por el Ministerio de Industria y Energía en 1979, Fiscalía apunta que pudieron tener razón en sus inicios, «pero decidieron cargarse una montaña sin licencia y eso no es de recibo».

En cuanto al delito de prevaricación, Fiscalía mantiene que el ex alcalde actuó por omisión en tanto que la actuación era clara y no se llevó a cabo: «El alcalde debía actuar obligatoriamente cerrando la cantera y no haciéndolo estaba ayudando a producirse el delito», insistió.

Un asunto administrativo

La defensa del ex alcalde, el letrado Rafael Perera, por su parte, apuntó que la ausencia de una licencia municipal se trataba de un asunto administrativo y no competente de la jurisdicción penal. Por ello instó a obtener una resolución absolutoria para Vicent Guasch: «No debía ser tan grave la cuestión cuando se tramitaba y se subsanaban las deficiencias», apuntó Perera. Asimismo, cuestionó el motivo por el que el Juzgado de Instrucción no tomó como medida cautelar la paralización de la actividad de la cantera ni se impugnó la licencia de actividad que se concedió de forma posterior.

La defensa de Vicent Guasch apuntó que todas las canteras en sí «son un atentando ecológico». «Habría que clausurar todas las canteras porque están provocando una agresión y una erosión», indicó Perera que justifico la «repugnancia» que le causa ver una montaña arrasada pero no por ello se debe meter a una persona en la cárcel. Además, rechazó la declaración de aquellos vecinos afectados que se instalaron en las cercanías de la cantera una vez iniciada la actividad de explotación: «No tiene derecho a reclamar (...) no me parece ni correcto ni elegante», apuntó.

El letrado que representa a los hermanos Parrot, Manuel González, apuntó que en ningún caso «se ha probado ningún daño y mucho menos grave». Asimismo, excusó la actuación de sus representados recordando el «galimatías legal» existente en materia de canteras y a su condición de «picapedreros». El abogado indicó en su intervención que la consecuencia de estos hechos es «algo subsanable a pesar de desaparecer un trozo de montaña».

«La igualdad en la ilegalidad no está permitida en ningún caso»

La acusación particular, que solicita cuatro años de prisión para los hermanos Parrot y dos años para el alcalde e inhabilitación, resaltó que el silencio administrativo positivo en estos casos es «imposible conseguir» y recalcó que se incumplieron «una catarata de normativas». Además, señaló que aquel que trabaja sin permisos desarrolla una actividad «clandestina» y aseguró en relación a las declaraciones de los hermanos Parrot, que todas las canteras trabajan sin licencia que «la igualdad en la ilegalidad no está permitida». La representación por parte del Ayuntamiento indicó que la prevaricación conlleva un dolo y una clara conciencia, cosa que no se demuestra en la actitud del ex alcalde. Además, apuntó que existe una sentencia referida a la cantera de Can Capità, en los mismos términos que el objeto del juicio, que absuelve y aprueba la actuación del Ayuntamiento. Asimismo, resaltó que el Consell Insular «absorbió» las competencias municipales y «aquí no ha sido llamado ningún representante del Consell».

El ingeniero de minas de la cantera asegura que el plan de restauración es «posible»

El ingeniero técnico de minas de la cantera de ses Planes apuntó ayer que la restauración del lugar «es posible» a través del relleno de la zona con material de la construcción. Aún así, en su declaración, apuntó que desde 1999, fecha del plan de restauración, no se ha hecho nada. «Estamos en ello», indicó. Ante las preguntas de la Audiencia Provincial sobre el coste económico, el ingeniero indicó que, hasta el momento, no se ha llevado a cabo ya que era «incompatible» con la explotación y recalcó que hay que hacer «soportable» el coste económico de esta actuación.

Se da la casualidad de que este mismo ingeniero técnico, que apoyó la teoría de que se puede explotar el recurso con una autorización de Minas, fue uno de los funcionarios que concedieron este permiso en 1979 a los hermanos Parrot. Ahora, según su declaración, lleva una década trabajando para la cantera de ses Plantes.

Este mismo ingeniero técnico indicó que, tras varios estudios geotécnicos, se ha comprobado que los parámetros de estabilidad están dentro de lo normal, así como los límites de las voladuras.

En la misma línea se pronunciaron otros testigos que realizaron estudios a petición de la propiedad de la cantera asegurando que el valor de las vibraciones se encuentran por debajo de los límites. De hecho, la afectación de estas vibraciones dependen de la distancia, de la naturaleza del terreno y de la cantidad del explosivo, según otro testigo.

Durante la segunda jornada de juicio también declaró uno de los hijos de los hermanos Parrot, que hasta 2008 actuó como artillero de la actividad, supervisando cada una de las explosiones que se llevaban a cabo en la cantera. En este sentido, señaló que existe una «variación de carga según la voladura» y recalcó que nunca vio que saliesen piedras, tal y como denunciaron algunos vecinos, «aunque puede pasar». Asimismo, explicó que las explosiones duraron hasta 2005 y que actualmente no existe nadie en la cantera de ses Planes que cuente con el carnet de artillero, que permita llevar a cabo estas actuaciones.

Entre los testigos que ayer pasaron por la sala, destacaron dos vecinos afectados. Uno de ellos explicó que las molestias empezaron a causar molestias en el 2000 «porque antes era una explotación pequeña». En este sentido, el afectado manifestó que la cantera experimentó un cambio cuando «se anuncia el cierre de la cantera de Santa Bárbara y coincide con el incremento de la demanda por el puerto de es Botafoc y las autopistas».

«Hasta el 2007 no se cumplían todas las prescripciones»

El que fuera técnico municipal del Ayuntamiento de Santa Eulària durante 1997 indicó que durante un tiempo, hasta el 2007, no se cumplían todas las prescripciones matizadas por el Consell en un informe. Asimismo, el técnico municipal indicó que nunca había mantenido una conversación con el ex alcalde referida a la cantera y a la posibilidad de tener licencia por silencio administrativo. En otra línea explicó que en el informe que realizó en 1997 se le daba tramitación directamente al Consell, «era un informe tipo», es decir condicionado al punto de vista del Consell. Además, este mismo testigo, años después, realizó varios estudios geotécnicos a petición de los hermanos Parrot en los que se observaba la estabilidad de las paredes de la cantera.

«El nivel de ruido pudiera causar una lesión psíquica»

El médico forense del Juzgado señaló que las explosiones conllevan un sobresalto, «por lo que el nivel de ruido pudiera causar una lesión psíquica». Aún así, destacó que no se atendió ningún afectado, ni física ni psíquicamente, por la cantera. El médico forense explicó que para causar una lesión psíquica o física debe existir «una exposición continuada y a una distancia determinada». Así, el experto aseguró que se entiende que la actividad se ciñe a un horario laboral entendiendo que los vecinos no permanecen de forma continuada en las viviendas próximas a la cantera de ses Planes.