El Consell de Formentera ha manifestado su «preocupación» por el comienzo de los trabajos de ampliación del puerto de Eivissa y ha añadido que «no quiere ser corresponsable de las consecuencias del inicio de las obras de este proyecto», sin esperar el informe definitivo de la UNESCO.

La autoridad formenterense ha asegurado en comunicado que teme por las consecuencias que «en especial el dragado, el transporte y vertido de los lodos puedan ocasionar sobre los bienes declarados Patrimonio de la Humanidad».

La institución ha recordado, además, que la Autoridad Portuaria de Baleares (APB) «se comprometió públicamente a no llevar a cabo las obras hasta que no hubiera una resolución definitiva y sobre todo, sin informar a la UNESCO del inicio de las obras, tal como exigen las directrices operativas del Patrimonio Mundial».

Un informe elaborado por la UNESCO sobre esta obra especifica que los estados miembros están obligados a comunicar al centro de Patrimonio Mundial cualquier proyecto u obra que afecte o pueda afectar negativamente a los bienes declarados, y añade que esta entidad nunca recibió notificación acerca de la ampliación.

La inspección de UNESCO se llevó a cabo tras las denuncias de varias organizaciones ecologistas.

El Consell de Formentera ha reiterado que, ante estos hechos, «no es comprensible que en el transcurso de estas semanas se haya dado inicio a estas obras sin esperar la decisión definitiva de la próxima sesión del comité de patrimonio mundial, prevista el próximo mes de julio».

El informe preliminar de la UNESCO no determina que los bienes declarados estén amenazados, pero sí expresa que el proyecto de ampliación del Puerto de Ibiza, en las características y dimensiones actuales, puede representar un peligro, sobre todo por los valores naturales protegidos y la declaración de Patrimonio de la Humanidad.

Bajo la denominación Ibiza Biodiversidad y Cultura, el Consell formenterense ha estimado que, «aproximadamente un 80% de la superficie de los bienes naturales protegidos se encuentran en la isla de Formentera, tal y como se acredita mediante los anexos cartográficos del informe de la UNESCO».

Las autoridades de Formentera solicitan a las administraciones implicadas «que se actúe de forma responsable, respetando plazos, indicaciones y recomendaciones previstas» en el citado informe.

El informe de la UNESCO advertía del potencial impacto en el componente natural por dragado, transporte y vertido de los lodos en el punto de vertido, que además supondrá un volumen tres veces superior a los vertidos realizados en 2001 en la ampliación del dique de Botafoc.

El organismo internacional también mostraba preocupación por la expansión del alga invasora «caulerpa racemosa» y la manera en que el proyecto prevé su eliminación, planteada a través de electrodos, una solución que la UNESCO calificó de poco realista y efectiva.

UNESCO advirtió también de que considera que la superficie del proyecto está sobredimensionada y pedía que reconsideraran las características y dimensiones del mismo. Finalmente, el informe recomendaba que el tráfico marítimo entre Ibiza y Formentera se mantenga en La Marina, su localización tradicional, manteniendo el vínculo con la ciudad.