El Consell de Formentera desconfía de que los trabajos de ampliación del dique de es Botafoc de Vila no acaben afectando de forma considerable a áreas protegidas del fondo marino y criticó que se hayan iniciado las obras sin esperar a que la Unesco dé su visto bueno. En rueda de prensa, la vicepresidenta y consellera de Cultura, Sònia Cardona, la titular de Medi Ambiente, Silvia Tur, y el responsable de Turisme, Josep Mayans, hicieron públicos los temores de la entidad insular, preocupada especialmente por las consecuencias de los vertidos de los fangos extraídos del fondo del puerto ibicenco en zonas como la reserva marina y el islote de s'Espardell.

Mayans señaló que «por todas las consideraciones que aparecen en el informe de la Unesco, el Consell de Formentera no quiere ser corresponsable de las consecuencias del inicio de las obras de este proyecto sin esperar al informe definitivo de la próxima reunión del Patrimonio Mundial».

Por este motivo han mostrado su preocupación tanto delante de la APB como de la Unesco por vía de las alegaciones tramitadas a través del Ministerio de Cultura. Según Mayans «las alegaciones se centran, de manera especial, en solicitar que se modifique el punto previsto para los vertidos de los fangos extraídos del puerto de Eivissa, así como que se tomen medidas eficientes para evitar la propagación del alga invasora caulerpa racemosa que, hasta la fecha, no ha cruzado es Freus».

Potencial impacto

El primero de los aspectos que destacó Mayans es «el potencial impacto en el componente natural por el dragado, transporte y vertido de los fangos en el punto previsto de depósito, que además supondrá un volumen tres veces superior a los vertidos realizados en 2001 por la ampliación del dique de es Botafoc».

En este sentido, hizo hincapié «en la afectación que pueden tener dichos vertidos sobre los arrecifes coralinos de cladocora caespitosa, que se encuentren la zona este del islote de s'Espardell», roca que forma parte de la Reserva Marina de es Freus, una de las zonas de mayor biodiversidad y en la que se encuentran especies únicas. Al mismo tiempo Mayans señaló que la zona de vertido se sitúa a 22,11 kilómetros desde el puerto de Vila, pero tan sólo a 16,52 kilómetros de s'Espardell.

Por otra parte Formentera considera que puede producirse una expansión del alga invasora caulerpa racemosa en las praderas de posidonia, y cuestiona la manera en que el proyecto de ampliación prevé su eliminación, planteada a través de electrodos, «solución que, de forma manifiesta, es considerada poco realista por parte de los técnicos de la Unesco por lo que solicitamos una solución más efectiva».

Proyecto excesivo

Otros aspecto que el conseller Mayans mencionó es que, según la Unesco, el proyecto de ampliación del puerto está sobredimensionado y, por tanto, hay que reconsiderar sus características. Aunque el conseller apuntó que no se quiere generar un debate al respecto, sí señaló que dicho informe aconseja que el tráfico marítimo entre las Pitiüses se mantenga en la Marina por ser esta su localización tradicional, manteniendo así el vínculo con la ciudad histórica.

Preocupación por el depósito de los lodos extraídos en los trabajos de reforma de Marina Ibiza

El equipo de gobierno de la Pitiüsa del Sur explicó que siempre se ha preocupado por el conjunto de los bienes declarados Patrimonio de la Humanidad, dado que «bajo la denominación 'Ibiza Biodiversidad y Cultura', pese a que Formentera no figura en dicha denominación, un 80% de la superficie de los bienes naturales protegidos se encuentra en el ámbito territorial de Formentera». A pesar de esto, la administración insular no forma parte del Consorcio Patrimonio de la Humanidad, como indica la propia Unesco, que incluso en algún punto da por sentada la presencia de un miembro del Consell en dicho Consorcio desde 2007, lo cual garantizaría una gestión conjunta de los bienes.