Durante la mañana de ayer, los estudiantes participaron en talleres muy variados, como papiroflexia, creación de puntos de libro y elaboración de queso, entre otros.

Erika, Elisa y Agustín van a segundo curso de la ESO en el instituto Isidor Macabich. Mientras ponían todo su esfuerzo y coordinación en hacer los pliegues del papel de revista que más tarde se convertiría en una rana saltadora explicaban las acciones que llevaban a cabo en su día a día para intentar cuidar el medio ambiente. «En mi casa, por ejemplo, tenemos electrodomésticos triple A [consumen poca agua y luz] e intentamos cerrar los grifos cuando nos lavamos los dientes o el pelo», afirmó Elisa.

Unos metros más allá, la reacción química provocada por mezclar aceite usado por el ciclo formativo de cocina y sosa caústica sirvió como base para empezar a moldear lo que dentro de dos semanas será jabón artesanal. «Hemos traído lavanda para perfumar un poco el jabón, pero la receta es cien por cien artesanal», explicó Carmen Perona, coordinadora del taller de jabón.

Estas clases monográficas de papiroflexia y creación de jabón se mezclaron ayer con los talleres de reciclaje de camisetas, chapas, puntos de lectura y el que, quizá, más éxito tuvo: elaboración de queso, que se organizaron con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente que se celebra hoy. «Hemos comprado cuajo y hojas de higuera para hacerlo al modo tradicional completamente. Los alumnos tienen que tener paciencia para que el queso cuaje, que tarda unos 40 minutos», explicó Tona Sanchis, coordinadora de la comisión medioambiental de este centro educativo, que celebra esta jornada de concienciación desde hace tres años: «El objetivo es que aprendan a reutilizar materiales, por ejemplo, camisetas viejas, flores secas, aceite usado o papel de revistas. Dentro de la comisión medioambiental hacemos excursiones, por ejemplo, a ses Salines, es Amunts y nos apuntamos a las actividades que ofrecen las instituciones públicas», puntualizó Tona.

Y mientras buena parte de los alumnos ponían todo su empeño y creatividad en hacer figuras de papiroflexia, jabón o queso artesanal, los alumnos del ciclo formativo de electrónica y sonido se encargaban de la ambientación musical.