Después de varios días sin que los responsables de comunicación de Correos de Balears explicaran públicamente los motivos por las que de forma fulminante el cierre de la oficina existente en la Mola, por fin ayer atendieron a las peticiones de este rotativo de aclarar el por qué de tal medida. Cabe recordar que la medida se comunicó mediante un e-mail en lunes 31 de mayo a los responsables de Correos de la isla indicándoles que al día siguiente la oficina de la Mola dejaba de estar operativa.
Según Correos, y para aclarar lo que está sucediendo, «con respecto a las supuestas restricciones del servicio postal en la atención al público en nuestro punto de atención secuenciada de la Mola, los principales motivos que han llevado a Correos a tomar tal decisión son, en primer lugar por motivos de baja actividad, ya que sus actuales niveles de administración postal no justificaban su apertura al público y por contar con alternativas mejores a dicho servicio».
Además Correos indica que «como empresa de carácter público, encargada por el Estado para prestar el Servicio Postal Universal, desarrolla su actividad con eficiencia, por ello debe adaptar su red a las necesidades reales, evitando el uso de recursos que no redunden en la mejora del servicio».

Nunca pagó por la sede
Esta última cuestión esta no casa mucho con la información recabada por este rotativo ya que de las tres sedes que ha tenido correos en la Mola a lo largo de la historia, en ningún caso Correos ha pagado por la cartería ni alquiler, ni agua, ni electricidad, simplemente el sueldo del cartero rural que, también ahora deberá seguir pagando.
Correos afirma que «los usuarios de El Pilar de la Mola, vista la escasa demanda de servicio no sufrirán perjuicios» y al mismo tiempo avanza que «la distribución domiciliaria se complementará con la admisión al paso, modalidad que permite que cualquier vecino entregue al empleado de Correos los envíos que desee expedir». Para algunos de los usuarios se trata de una solución que a nadie convence ya que no se sabe cómo funcionará ni si deberán estar pendientes en su casa a que aparezca el cartero para preguntarles sin quieren mandar una carta, un paquete o una postal.

¿Quién pagará las 'colmenillas'?
El equipo de comunicación de Correos también señala que «la entrega de correos en las viviendas diseminadas, denominadas postalmente como entornos especiales, en los que el reparto de la correspondencia presenta una elevada dificultad por la falta de identificación postal y extensos recorridos, podrá realizarse mediante agrupación de buzones para lo cual Correos realizará las gestiones necesarias». Y en este punto parece que según fuentes oficiosas, lo que Correos pretende es que el Consell instale en determinadas zonas las denominadas 'colmenillas' agrupación de buzones en los que dejar la correspondencia de un amplio radio poblacional; es un sistema que funciona bien en países europeos como Francia pero parece ser que Correos y Consell pretenden que sea la otra administración la que se haga cargo de los costes.