L. AVERSA

La delegada de Educació, Laura Carrascosa, explicó ayer que la Conselleria ha puesto en manos del Consell Consultiu el expediente de rescisión del contrato con la constructora del nuevo instituto de Sant Antoni, cuyas obras están paralizadas por un desacuerdo económico de 815.000 euros.

Carrascosa destacó que espera que este órgano emita el dictamen sobre si procede o no terminar con este contrato, e indicó que esta tramitación se inició hace dos días, cuando se dio el registro de entrada a toda la documentación sobre el conflicto entre la empresa y la Conselleria.

En este sentido, la delegada reconoció que la Conselleria d'Educació tiene la intención de finalizar su relación contractual con la empresa Copasa. «Se manifestó de esa manera cuando vio que no había posibilidad de llegar a acuerdos», destacó la delegada, para quien «si hay que rescindir, se rescinde». Asimismo, Carrascosa aseguró que «imagina» que entre la Conselleria y Copasa «seguirán teniendo reuniones y contactos», y calificó como positivas las manifestaciones públicas de la empresa de tener la intención de terminar las obras.

En este sentido, y ante las críticas por la masificación que sufrirá el centro este año por la falta del nuevo instituto, vertidas por el Ayuntamiento de Sant Antoni y la Federación de Padres de Alumnos (Fapa), Carrascosa también aportar las cifras exactas sobre la cantidad de alumnos que el centro deberá acoger.

Según Carrascosa, el centro deberá acoger un total de 641 alumnos (468 de Secundaria, 160 de Bachillerato,y 13 alumnos de cualificación profesional) y, por la tarde, 126 alumnos de Ciclos Formativos, Gestión de Empresas y Educación Infantil. Cabe recordar que, actualmente, están distribuidos en el Quartó de Portmany (381) y en el anexo del colegio Cervantes (260), pero a causa de las obras que se deberán efectuar en el anexo, el total de los alumnos deberá incorporarse al centro cuando empiece el nuevo curso lectivo en septiembre.

Por otra parte, también está en duda si deberán sumarse los alumnos de la Escuela de Adultos, que ascienden a 530, y que también serán desalojados del Cervantes, lo cual supondrá un total de 1.171 alumnos para un centro con capacidad para 680 estudiantes.

Por último, destacó que la decisión final es instalar seis aulas modulares hasta que se terminen las obras del nuevo centro.

La Escuela de Adultos podría trasladarse al antiguo ambulatorio

La delegada de Eduació aseguró que aún no hay nada decidido sobre el destino de los 530 alumnos de la Escuela de Adultos, aunque destacó que una de las posibilidades sería trasladarla al antiguo centro de salud. Según Carrascosa, esta sería una solución provisional para no sumar más alumnos al Quartó de Portmany, a fin de no ampliar su masificación. La delegada destacó que el antiguo colegio Cervantes estará en obras sólo por unos meses, y que, una vez, el Consistorio termine de acometer las reformas previstas, los alumnos podrán regresar a estas instalaciones. Según Carrascosa, el problema de sumar la Escuela de Adultos al Quartó de Portmany no es la masificación, ya que este grupo acudiría a clases sólo por la tarde. La delegada explicó que el problema es que la Escuela de Adultos tienen su propio claustro, por lo que, a los estudiantes se deberá sumar «la sala de profesores, para la dirección del centro, y dependencias administrativas». «Con lo cual no es fácilmente incorporable dentro del Quartó de Portmany», agregó.