El heredero del mítico submarinista atiende a los medios de comunicación en la Savina. | G. Romaní

El espíritu del famoso investigador submarino Jacques Cousteau regresó a Formentera 46 años después de su única visita a la isla, que tuvo lugar en 1964 a bordo del legendario 'Calypso'. No ha sido él, por descontado, pero en el año en que se conmemora el centenario de su nacimiento, su hijo Pierre Yves Cousteau, de 28 años, recaló ayer en la Isla en una nueva misión oceanográfica, a bordo del 'Alcyone', propiciada por National Geographic. Su objetivo es recorrer el medio marino del Mediterráneo.

Cousteau hijo, a quien acompañaba Enric Sala, director de la expedición propiciada por National Geographic, destacó que su labor es continuar la que su padre llevó a cabo durante toda su vida estudiando el mundo marino, la evolución y los peligros que la sociedad moderna y la explotación de los fondos significan para el equilibrio de los ecosistemas. Cousteau se mostró muy respetuoso con la labor de su padre y afirmó que hay que seguir investigando y sobre todo protegiendo.

Comparar

Su padre estudió lo recursos marinos del mediterráneo por lo que de alguna manera el proyecto actual en el que colabora de forma importante National Geographic no deja de ser una copia, una repetición del trabajo de hace varias décadas para establecer comparaciones y disparar las alarmas en determinadas cuestiones. «El Mediterráneo está muy degradado y es imprescindible protegerlo», dijo Pierre Yves, señalando además que, entre las especies con mayor riesgo de desaparición, estaba en primer lugar el atún rojo por el esquilme que se está llevando a cabo por la industria pesquera.

Ahora, el trabajo será el de volver a filmar los fondos de hace casi medio siglo para que sirvan de comparación y permitan estudiar la degradación que se ha producido en este tiempo.

La expedición partió de Marsella, el lugar iniciático de Jacques Cousteau, de ahí fueron a Córcega, luego a las Islas Medas en la Costa Brava, ahora en Formentera y acabarán en Cabrera.

Enric Salas, de National Geographic, señaló que «estamos llevando a cabo una serie de expediciones alrededor del Mundo, tanto en lugares vírgenes como en zonas con pesca extensiva, para evaluar la salud de los ecosistemas marinos y, en este caso, es muy especial porque trabajamos con la Fundación Cousteau y porque se está desarrollando en el Mediterráneo, uno de los mares más sobrepescados del mundo del que han desaparecido los peces 'grandes' y está lleno de especies invasoras». «Hemos pasado de un bosque tropical con gran diversidad de animales grandes a un campo de golf con especies de hierbas invasoras», añadió.

Sala y Cousteau indicaron que, «si se sacara la mitad de los barcos del Mediterráneo, el resto seguiría pescando lo misma cantidad de peces, y así hay especies de tiburones casi extinguidas, la sobrepesca, la contaminación y el cambio climático son los problemas más grandes».

Sala indicó que las soluciones pasan indefectiblemente por la instauración de reservas marinas, porque «menos del 1% del Mediterráneo está protegido y eso es absolutamente ridículo, el 99% del mar está abierto a la pesca y no tenemos conciencia de lo que estamos perdiendo».