Ecologistas en Acción ha apuntado al crecimiento urbanístico en la costa de Andratx, la ampliación del Puerto de Eivissa, el proyecto de campo de golf en Son Bosc, en Mallorca,y el vertido de agua mal depuradas en las inmediaciones del Parque Natural de Ses Salines como ejemplos de 'banderas negras', que califica a proyectos responsables de contribuir a la destrucción del litoral.

Así lo recoge el informe 'Caos en la Costa. Banderas Negras 2010' que fue presentado hoy en Madrid e incide en el «exagerado crecimiento urbanístico» que ha experimentado Baleares en los últimos tiempos, y que «ha desfigurado irremediablemente» el paisaje balear. En este sentido, la ONG critica que el Plan Territorial del Consell d'Eivissa proponga niveles de protección inferiores a los de Mallorca y Menorca, lo cual supone «una discriminación inaceptable» dentro de una misma comunidad.

Ecologistas en Acción ha destacado en su informe el crecimiento urbanístico que se contempla en Andratx con la construcción de 150 viviendas en un complejo de 26 bloques en las inmediaciones de su costa, que supone, a juicio de esta organización, «unos enormes daños ambientales y sociales» promovido por el ex alcalde de la localidad Eugenio Hidalgo.

Según recoge este estudio, las obras se han realizado en una zona clasificada como ARIP boscosa, siendo esta categoría el penúltimo grado de mayor protección urbanística en Baleares. Esta sólo permite la edificación de una vivienda unifamiliar por cada 50.000 metros cuadrados. En este caso, en menos de 15.000 metros, se levantaban 26 bloques plurifamiliares.

La ONG se muestra especialmente crítica con el proyecto de ampliación del Puerto de Eivissa que a ojos de Ecologistas en Acción está basado en una previsión de crecimiento de tráfico marítimo «completamente alejada de la realidad», para lo cual argumenta que los datos de Autoridad Portuaria recogen descensos de tráfico desde 2007.

«Se refleja claramente que el tráfico marítimo disminuye cada año, lo que deja sin sentido la ampliación prevista. Además, si analizamos el origen del tráfico actual, vemos como gran parte de éste, lo origina actualmente, el suministro de combustibles para la central térmica de la isla. Además, se está llevando a cabo la obra del gasoducto, que aportará gas desde la península, y se está preparando la interconexión eléctrica con Mallorca», expone el informe.

En opinión de Ecologistas en Acción, estas obras supondrán una reducción «muy importante» del volumen de tráfico, por lo que la citada ampliación del puerto «sólo puede entenderse por intereses particulares y no de necesidad general».

También se apunta a los «graves impactos ambientales» de las obras al ser necesaria la extracción de un millón de metros cúbicos de áridos, el previsible vertido de 600.000 metros cúbicos de fango y las plataformas de hormigón de casi ocho hectáreas supondrán un «brutal impacto» sobre la ciudad antigua de la isla, declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad. Además, auguran la desaparición del importante humedal de Ses Salines donde se pretende realizar en el futuro los viales de acceso a las nuevas instalaciones portuarias.

«Por otro lado, según reconoce el propio gobierno español, el puerto de Ibiza perderá seguridad. De ser un puerto considerado 100% resguardado pasará a ser seguro «casi siempre» a causa de los vientos del Sur. Las praderas de Posidonia oceánica de 8 kilómetros de largo, presentes en esta zona, están seriamente amenazadas», detalla el informe.

Finalmente, este estudio apunta a la existencia de un «emisario submarino» en pleno corazón del parque de Ses Salines frente al puerto de la Savina adjunto a la depuradora de Formentera, que vierte al mar en opinión de Ecologistas en Acción aguas deficientemente depuradas.