La hidratación es fundamental para evitar golpes de calor. | ESTEVE FRANQUESA

Los más sufridos, quienes tuvieron que trabajar en la calle. «Hoy [por ayer] sí que se nota que está haciendo mucho más calor que otros días. Estoy bebiendo litros y litros agua para no deshidratarme», explicaba Toni Marí, un repartidor que como tantos otros trabajadores sufrió ayer más que nunca el calor asfixiante de la primer gran ola de calor que asola a buena parte del país.

Si bien Balears no se encuentra bajo ningún tipo de alerta, los 33 grados de temperatura que marcaban ayer los termómetros en Eivissa en el día más caluroso del año según la Agencia Estatal de Meterología (Aemet) hicieron poco soportable la mañana de trabajo para unos y turística para otros. En el primer caso, no quedó más remedio que intentar resguardarse del sol y el calor con gafas de sol, sombreros, gorras, agua y abanicos. En el segundo, la playa, piscinas y fuentes fueron el mejor remedio para refrescarse, aunque el abanico y la botella de agua también fueron recursos para quienes decidieron vivir la soleada mañana paseando por Dalt Vila.

La Aemet prevee que las altas temperaturas continúen en las Pitiüses hasta la semana que viene, aunque previsiblemente no bajarán de los 30 grados. Y quienes piensen que la tregua llega con el cambio de sol a luna están equivocados, pues la mínima no baja durante estos días de los 22 grados.

La previsión para hoy se sitúa en 32 grados que se soportarán mejor con aire acondicionado en puestos de trabajo y en casa. Y para quienes no tengan siempre quedará el tan socorrido ventilador de pie y el abanico.