El barco de crucero que transporta el altar con la virgen. | Marco Torres

La procesión del Carmen de Sant Antoni fue seguida por multitud de asistentes de todas las localidades de la isla y de algunos turistas, que perplejos comtemplaban el paso, algunos incluso lo hacían serios y metidos en situación a causa de la música profunda de la banda.
Esta virgen es la que más apoyo tiene entre las gente del mar y se trata de un día muy esperado por todos, tanto grandes como pequeños. La música vino dada por la Agrupación Nuestra Señora de los Dolores, que marcaba el ritmo de la procesión. Alguno de los musicos se mostraba sorprendido de lo rápido que habia ido el paso y uno de ellos comentó que el pueblo antes se implicaba más, «la gente echa de menos el que no pongan barcos a disposición de los asistentes para que puedan seguir la ofrenda por mar».
La procesión arracó con una emotiva misa, hizo el camino desde la iglesia hasta el puerto, por el Carrer Ample. Después la virgen hizó un recorrido en barco hasta fuera del dique, donde se hizó la ofrenda. De regreso, la gente espectante la acompañó hasta la plaza de la iglesia y alli, el grupo de folklore La Colla de C´an Bonet interpretó y dedicó su tradicional baile a la virgen como broche final.