Una madre y su hijo entregan a una trabajadora de la 'deixalleria' parte de una aspiradora para reciclar. | EVA GOMEZ

Sant Antoni puso en marcha ayer la primera deixalleria de la isla, una instalación que permitirá a los ciudadanos y empresas depositar todo tipo de residuos para su reciclaje.

Está ubicada en ses Païsses, junto a la depuradora y al Punt Verd, y es una de las seis deixalleries que el Consell prevé instalar en solares municipales de Sant Josep, Santa Eulària, y Sant Antoni.

Según explicó el alcalde, José Sala, la segunda deixalleria del municipio estará ubicada en el polígono Montecristo, pero aún «es imposible abrirla» por falta de presupuesto.

En este sentido, explicó que el coste de mantemiento es de 50.000 euros anuales, y que la experiencia del Punt Verd es que una instalación así «da pérdidas».

Por ello, Sant Antoni prevé aprobar una ordenanza fiscal dentro de quince días que le permitiría inaugurar la segunda deixalleria. Será la misma que se aprobará en el resto de municipios para mancomunar el servicio e implicará que, si bien los particulares podrán continuar dejando sus residuos de forma gratuita, las empresas deberán pagar una tasa correspondiente a las toneladas de residuos que lleven a reciclar. «Cuando se ponga en marcha la ordenanza generará algunos ingresos aquí y allá y nos permitirá llegar a estos 50.000 euros que hacen falta», indicó Sala, aunque explicó que, aún así, «lo que se recupera es muy poco respecto al coste que tiene».

El alcalde destacó también que Sant Antoni tiene «la ventaja» de que junto a la nueva deixalleria se encontraba el Punt Verd, que ahora se transformará en un depósito para el material de las obras municipales. Esta ubicación permitió ayer que algunos vecinos acudieran al Punt Verd a reciclar y terminaran inaugurando la nueva planta.

Más completa

Asimismo, Sala indicó que la nueva deixalleria es «más completa» que el Punt Verd, que comenzó a funcionar en 2008 y que desde entonces recibió 4.000 entradas y 700 toneladas de residuos. «Es más completa y es un servicio que facilita a todos los ciudadanos que puedan dar un tratamiento adecuado a todos los residuos que generan», afirmó Sala.

Sin embargo, el alcalde explicó que hasta que se mancomune el servicio, es decir, hasta que todos los consistorios paguen el mantenimiento de las seis deixalleries, la nueva planta de Sant Antoni sólo podrá ser utilizada por los vecinos y empresarios del municipio.

Al igual que ocurrió con el Punt Verd, la empresa Ca na Negreta se se encargará de la gestión de esta nueva planta de reciclaje.

Desde residuos peligrosos hasta restos de poda

La nueva instalación cuenta con contendores que permiten arrojar todo tipo de residuos, desde los calificados como peligrosos (como el amianto) hasta restos de poda, muebles voluminosos, vidrio plano o aparatos eléctricos y electrónicos, además de los tradicionales contenedores de papel, vidrio y cartón. También hay un contenedor para todo aquello que no se puede reciclar como el papel de aluminio. La construcción de la 'deixalleria' ha tenido un coste de 350.000 euros financiados por Fondos Europeos y por el Consell.