La pista central de la discoteca fue uno de los lugares más concurridos. | GABI VÀZQUEZ

Manguitos, flotadores, chalecos salvavidas, gafas de buceo y sobre todo pistolas de agua fueron algunos de los complementos que lucieron las más de 2.000 personas que acudieron ayer a una de las citas imprescindibles del verano: la fiesta diurna del agua de la discoteca Es Paradis, que empezó hace 35 años con el objetivo de ofrecer una fiesta a la gente de Eivissa.

Cerca de las 14,00 horas del día de ayer, las camareras de la discoteca ofrecían al público deliciosos trozos de sandía y melón con los que combinar mejor los vasos de sangría mientras esperaban la apertura oficial de la pista central llena de agua. Media hora después, los grupos de gente se lanzaban a la aventura acuática más divertida que puede haber en el interior de una discoteca. A ritmo de Waka-waka, Bamboleo, Voy a pasármelo bien o We will rock you, los asistentes, entre los que se encontraba el actor Miguel Àngel Muñoz con unos amigos, disparaban sus pistolas hasta la llegada de la paella, hecha por José Ferrando y su equipo de cocina: «Llevo siete años haciéndola y es una auténtica paella valenciana con 75 kilos de arroz y 130 de carne entre conejo y pollo. Hemos empezado a las nueve de la mañana a cocinar». Finalmente se sirvieron cuatro paellas con las que los asistentes recargaron fuerzas para continuar disfrutando del agua en Es Paradis