Tatuajes de estrellas, tribales, soles, letras, flores, animales, tattoos orientales. Son muchos, cada vez más, los que se rinden a este movimiento artístico que no distingue entre sectores sociales y que se va abriendo paso a través de los prejuicios dibujando sus líneas en los cuerpos de las personas alrededor del planeta. Los tatuajes tienen desde sus comienzos significados variados: Es comunal, anecdóticos, representativos, reivindicativos, formas de expresión de uno mismo o puramente estéticos.
Caminando por cualquiera de las playas de Eivissa son muchos los que exhiben con orgullo sus tatuajes; Pablo cuenta que «los tatuajes llegan en un momento determinado, que hay señales que indican que tengo que hacérmelo. Uno de mis tattoos es reivindicativo, El rey en bicicleta, así lo denomino porque creo que se debería utilizar más la bicicleta para mantenerse en forma y para evitar tanta contaminación».
Muchos son los que dicen que cuando empiezas a tatuarte es como un vicio que no puedes parar y terminas cubriéndote el cuerpo entero.
Las zonas más tatuadas son los brazos, las piernas y la espalda, pero cada vez son más los que se tatúan desde un brazo a otro pasando por el pecho y así continúan decorándose todo el cuerpo. Chris, un tatuador, comenta que «la zona que más se tatúa la gente son los brazos porque es donde menos duele».
Hay muchos que se piensan mucho qué dibujo hacerse y en qué zona pero hay otros que simplemente por estética o moda se pintan todo el cuerpo y acaban perteneciendo a un grupo urbano, que aunque no esté oficialmente identificado, está bastante extendido en nuestro país.
Por otro lado, la mayoría cree que los tatuajes son detalles decorativos en la piel y que hacer demasiados dejaría muy recargado el cuerpo. Estos mismos son los que buscan el diseño hasta dar con el que más les guste, cueste lo que cueste. Este es el caso de Kerry, una chica inglesa que encontró el diseño de unas flores que lleva dibujadas en una tienda en Los Àngeles.
Detrás de estos cuerpos tatuados están los tatuadores, los artistas que diseñan y dibujan primero en un papel lo que van a plasmar en la piel después.
La mayoría de la gente de las playas ibicencas ama sus tatuajes los conservan de por vida, mientras que otras pueden arrepentirse porque lo hicieron por impulso. En el pasado, para eliminar un tatuaje era necesario realizar una cirugía pero, en la actualidad, se pueden eliminar por medio de un procedimiento médico con un láser.
Sin duda, a través de este arte milenario cada cultura obtenía su propio significado. Como en Polinesia, la cultura que más influencia ha tenido en esta corriente, donde comenzaban a tatuarse a muy temprana edad y se prolongaba hasta que no quedara región del cuerpo virgen de pigmentos. Más allá de su sentido estético, el tatuaje confería jerarquía y propiciaba respeto de toda la comunidad a quien los llevaba en su piel; además, cuanto más tatuado estaba alguien, más respeto se le debía.

EL POR QUÉ DE UN TATUAJE

Chris
(Alemania)
«Soy tatuador. Tengo alguno que me he hecho yo mismo»
Para Chris los tatuajes, más que moda, son un negocio porque es tatuador. Lleva incluso en las axilas. «La mayoría de los tatuajes que llevo son sólo por estética, no tienen ningún significado, a excepción del que tengo de la cara de Elvis y uno que representa el amor por mi hijo, Frank. Empecé a los 20 años y ahora tengo un negocio en Munich. Hay algunos que los he hecho yo mismo pero sólo en las zonas a las que llego, si no me los haría todos. A mi hijo y a mi esposa también les he tatuado», explica.

Greg y Joan
(Gales)
«Los 'tattoos' son una expresión de uno mismo»
Joan tiene tatuada toda la espalda y los dos talones, todos en color. «Empecé con una pequeña flor a los 16 años, más tarde quise taparla con una mariposa y terminé pintando toda la espalda con flores muy finas y femeninas, pero los siete que tengo son de diferentes estilos». Greg cuenta que, para él, «los tattoos son la expresión de uno mismo. «En mi espalda llevo uno que pone, en inglés, la música es la respuesta porque soy Dj y esto es mi mundo».

Chim
(Holanda)
«Mis 'tattoos' simbolizan a mi madre, mi novia y la vida»
«Los tattoos que tengo son un símbolo de mi madre, mi novia y la vida. Los tattoos son de Thailandia y de Holanda. Me gusta el estilo thailandés porque yo nací allí. Comencé a los 21 años. Pienso hacerme otro más en el costado por mi hijo y por el que estamos esperando, mi mujer y yo; este me gustaría hacérmelo en todo el brazo, pero hay gente a quien no les gustan los tattoos y por respeto y por mi trabajo prefiero esconderlos», explica.

Peter
(Holanda)
«Tomo la cultura indonesia y la adapto a mi experiencia»
«Para mí, son dibujos en la piel que me recuerdan momentos vividos a lo largo de mi vida, a los que quiero tener siempre presentes, como una cruz, mi madre que falleció, y dos flores de mis dos hijos gemelos, una inicial en cada lado. El del brazo, básicamente es de cultura indonesia, la tomo y la adapto a mi experiencia. En el centro tengo un colibrí que es como si fuera la representación de mí mismo, hay varias flores de cerezo que representan la belleza y que la vida pasa muy deprisa», explica.

Frederick
(Bélgica)
«Me costo hacerlo 35 horas durante un año entero»
Frederick piensa tatuarse una historia en su cuerpo, una primera parte cubre casi uno de sus brazos y le cubrirá la pierna contratria el año que viene. «Mis tatuajes representan la energía que te pueden dar las fuerzas de la naturaleza, no me representan a mí sino a gente de la Polinesia, su cultura y su creencias. Este me costó hacerlo 35 horas durante un año entero y me lo hizo una artista de Bélgica que controla a fondo la cultura polinesia».