Cartago ganó la batalla una vez más a los romanos. La playa de s'Arenal fue testigo ayer de como los cartagineses se imponían por cuarta vez en la gran batalla de tomates celebrada anualmente para rememorar la histórica rivalidad entre ambos bandos por conquistar Eivissa.

Desde las 17 horas, el ejército cartaginés se concentraba en la plaza del Ayuntamiento de Sant Antoni, donde ataviados con escudos, espadas y cascos los participantes entonaban cantos de «Cartago, Cartago» y «A por LA victoria».

Los más preparados llevaban medias sandías vacías como cascos. «Como en la batalla se tiran tomates, nosotros nos escudamos con sandías». comentaba uno de ellos, que participa en la batalla todos los años.

Al otro lado de Sant Antoni los romanos se conjuraban. «El año pasado ganaron los cartagineses, deshaciendo el empate de dos a dos. Este año debemos ganar», gritaba a sus hombres uno de los capitanes.

Entre el grupo también había muchas mujeres, demostrando que la batalla o es solo cosa de hombres: «Estamos en la batalla todos los años. Tenemos que demostrar que Roma es capaz de invadir Eivissa. No podemos dejar que Cartago gane un año más», comentaba una de las ellas vestida con el tradicional atuendo romano.

Poco antes de las siete de la tarde el ejército cartaginés hizo un desfile por el paseo marítimo para mostrar sus armas y cantar sus himnos de victoria. Más numeroso que nunca, el bando se dirigió al puerto, donde embarcó las navesque le llevarían a su encuentro con los romanos.

En s'Arenal, los romanos esperaban intranquilos. Al ver llegar a los de Cartago, los capitanes descendieron de sus caballos y los soldados comenzaron a situarse.

Tras un rápido desembarco cartaginés llegó el momento de la batalla. Los dos bandos se saludaron y, a partir de aquí, tomates y más tomates. Los de Cartago pronto hicieron retroceder al enemigo, que no conseguía imponerse a los cartagineses.

Después de media hora de batalla y con todos llenos de tomate, se decidió que el ganador era, un año más, Cartago, lo que hace que el marcador se sitúe en un cuatro a dos a favor de los cartagineses.