Peter (con gorra) recibe la visita de dos amigos que le consuelan porque su mujer le ha abandonado. | ESTER REQUENA

La acción arranca con Peter, el protagonista de la historia, sentado en un sofá, viendo la película Casablanca. A medida que se acerca el final, Peter pasa de la tristeza a la exaltación para preguntarse cuándo conseguirá madurar.

Con aire tranquilo y un espíritu detallista, Merche Chapí apuntaba ayer en el ensayo general de la obra Peter y Wendy, que se estrena este viernes en Can Ventosa con motivo del 30 aniversario de la escuela del GAT, aquellos puntos que todavía se podían mejorar. «Tienes que mostrar más exaltación», explicaba la directora al protagonista. En esta dramaturgia, Chapí narra la historia de un hombre inmaduro al que un buen día su mujer abandona. «Una noche conoce a otra chica que es tan inmadura como él y deciden volar al país de Nunca Jamás», explica la directora, que con este montaje rinde homenaje a Woody Allen y Toni Roca. «Según íbamos dando forma al protagonista vi que se parecía a Toni Roca».

En esta obra, el protagonista dialoga con una voz interior (José Daniel Tomás). El reparto lo completan Ana Linero (Daisy), Olga Ull (Wendy), Enrique Sánchez (Robert), Begonya Peris (Karin), Marta Guasch (La italiana), Victoria López (la argentina), Soraya Campana (la mujer que baila), Berta Miravete (otra mujer que baila), Sonia Jaume (la francesa) y Ariadna Palomares (campanilla).