El actor y cómico Santi Rodríguez en una imagen promocional de su último espectáculo.

Licenciado en Derecho y gran aficionado a la guitarra, el actor y humorista Santi Rodríguez dio su paso definitivo a la fama en televisión durante los tres años y medio que interpretó al Frutero sin nombre en la serie. Desde entonces no ha parado de trabajar en teatro, televisión y haciendo diferentes espectáculos cómicos por todo el país. Siete Vidas

Santi Rodríguez pisará mañana el escenario del Palau de Congressos de Eivissa, ubicado en Santa Eulària, para presentar A mí que me registren, donde con tono sarcástico y muy irónico repasará aquellos cambios que ha ido encontrando en su vida, algunos de ellos impuestos, en ámbitos como las nuevas tecnologías.

Las entradas cuestan 16 euros y se pueden comprar de manera anticipada en la CAM y en Holidays (los jóvenes pagarán sólo diez euros si la adquieren en el centro de información juvenil de Santa Eulària). Además, presentando el cupón de la página 4 en taquilla de esta edición de Ultima Hora Ibiza y Formentera al comprar una entrada, el acompañante entra gratis (reservas de entradas en info@susmusicas.com. Limitado a las 50 primeras personas que lo soliciten).

-¿Ha aplicado alguna vez en su trayectoria profesional lo que aprendió en la carrera de Derecho?

-Gracias a Dios no. Hice la carrera más bien por contribuir a la tranquilidad familiar de mi casa. Lo poco que aplico se da cuando tengo que firmar contratos o manejarme un poco en la vida, aunque sí que echo mano muy a menudo del léxico que conseguí durante mis años de estudio.

-Doce años en la tuna son muchos años.

-Sí, pero no he sido un tunero típico, de aquellos que cantan Clavelitos y entran en los restaurantes a dar la brasa. Entré en la tuna porque me gusta mucho tocar la guitarra y pensé que sería una buena manera de introducirme en el folclore andino y la música sudamericana que sin formar parte de la tuna sin duda no hubiera conocido.

-¿Le han registrado alguna vez?

-Sí, en algún aeropuerto el típico cacheo que te hacen después de que pite la máquina. En mi espectáculo hablo de los cambios que gente de mi generación ha encontrado en su camino. En una parte hablo exactamente de las nuevas tecnologías y las dificultades que su implantación me ha generado en el día a día, pero ahora lo llevo bien.

-¿Cuál es el invento tecnológico más complicado de aprender a usar?

-Tengo muy mal recuerdo del ordenador. Cuando se empezó a usar se usaba el MS2; aquello era horroroso porque no arrastrabas las carpetas sino que tenías que dar órdenes complicadísimas para que se movieran las carpetas.

-¿Tiene Iphone?

-Para colmo tengo dos líneas de teléfono. Una de ellas con Blackberry y otra con Iphone. Y me he pasado a Mac. Por ahora me resuelvo bien.

-¿Tanta tecnología en tan poco tiempo nos vuelve depentendientes de ella?

-Sí. Y además estoy totalmente convencido de que somos esclavos de la tecnología. Si no fíjate en las reacciones de la gente cuando se quedan sin batería en el teléfono móvil o cuando no funciona la conexión a internet.

-Aspectos positivos y negativos del Frutero.

-Era un impresentable y un misógino, pero caía muy bien a la gente porque estaba muy bien dibujado, muy bien conseguido.

-¿Se ha afeitado alguna vez el bigote?

- Me lo dejé a los 19 años. Me gustó cómo me quedaba y desde entonces no me lo he quitado. Sólo lo haré por una buena causa. Colaboro por ejemplo con niños con síndrome de down en Jaén y si alguna vez alguien me dice «aféitate el bigote y dono dinero a la asociación», pues lo haré encantado.