El Flower Power no tiene edad

La verdad es que entre los pequeños que llenaron la carpa del Passeig de ses Fonts había algo de desconcierto. Muchos eran demasiado pequeños para saber que había que hacer y a que venían, a pesar de estar debajo de las más de 14.000 flores que había cortado para la ocasión el equipo de más de veinte personas encabezado por Antonio Riera.

Incluso, algunos como Bruce, quería disfrazarse de Spiderman, aunque luego, gracias al buen trabajo de la maquilladora Yolanda Rosado, comprendió que no era momento de superhéroes y sí de vivir la Flower Power. Y junto a él, también acabaron con una sonrisa de oreja a oreja y con flores, símbolos de la paz y purpurinas en la cara, Carla, Alba y su hermano Toni, Natalia, Lucia, María, Julia o Berta, que tras sus grandes ojos azules y a pesar de tener un año y cinco meses de edad era una de las más bailarinas de la fiesta en los brazos de su mamá, Natalia.

Para muchos fue su primer contacto con el mundo del Flower Power y todos acabaron tremendamente contentos, entre otras cosas porque como dijo Natalia... «habiendo maquillaje de por medio no la importa esperar ninguna cola». Primer contacto con esta fiesta y seguro que no será el último.