Del cerdo se aprovecha todo, y como no podía ser de otra manera del gorrino de 220 kilos que el matarife Pep Benet sacrificó ayer en la cooperativa agrícola de Sant Antoni se sacaron 120 kilos de sobrasadas y butifarras y otros muchos ingredientes para elaborar platos tradicionales como los huesos con col.
El objetivo de esta matanza, como explicaba ayer el presidente de la cooperativa, Pep Ribas, era acercar a los jóvenes «y a algunos mayores que nunca habían visto este sacrificio, porque es importante mantener las tradiciones y ésta se está perdiendo en la Isla, cada vez hay menos matarifes».
Alrededor de treinta personas acudieron a esta matanza de la que la sobrasada y butifarra se emplearán en la comida de la séptima edición de la fiesta rural que celebrará la cooperativa agrícola el próximo domingo 23 de enero.