Imagen del solar tras la demolición del inmueble ubicado en la calle sa Drassana. | Marco Torres

El Institut d'Estudis Eivissencs (IEE) acusó ayer al Ayuntamiento de Eivissa de incumplir la normativa patrimonial vigente al autorizar la demolición de edificios en el núcleo histórico de la ciudad.

Según denunció el IEE a través de una carta al director (ver pag. 23), el Consistorio dio luz verde a finales de 2010 al derribo de un edificio en la calle sa Drassana. Este inmueble, cuya demolición fue promovida por la comunidad de propietarios, estaba situado «dentro del ámbito de aplicación de las normas de protección del patrimonio histórico municipal».

Pese a que «hacía unos años que había incoado un expediente municipal de ruina», según apuntó la entidad cultural ibicenca, el edificio tenía una fachada que estaba «aparentemente en buen estado» y con «una belleza relevante».

Desde el IEE apuntaron que muchas fachadas de esta zona están desapareciendo del casco antiguo. «Son sustituidas, pero ya no es lo mismo: se va perdiendo la fisonomía de los barrios tradicionales», lamentaron. Por esta razón, la asociación aseguró que la corporación municipal «ha incumplido la normativa patrimonial en vigor» al vulnerar varios artículos de las disposiciones que afectan a esta cuestión.

Desde el Ayuntamiento aseguraron que no se ha incumplido ninguna normativa de carácter patrimonial. El ejecutivo municipal explicó en un comunicado que el inmueble demolido fue declarado en ruina en julio de 2009 y que, tanto esta declaración como la posterior licencia de edificación se otorgaron según lo dispuesto en el Plan General de 1987, vigente entonces, y según el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri).

Asimismo, subrayaron que ambas decisiones «fueron analizadas y aprobadas por la comisión de seguimiento del Pepri, compuesta por una ponencia técnica y una política». Según el Ayuntamiento, en este caso concreto, se encontraba en «muy mal estado, no solo el edificio, sino también la fachada». Así, los técnicos municipales «entendieron que resultaba absolutamente imposible salvarla», remarcó el Consistorio, al tiempo que apuntó que «la nueva construcción tendrá que reproducir de manera fiel la fachada pero deberá adaptarse a la normativa actual de habitabilidad».