Los tres primeros días de rebajas empezaron bien para Fernando Díaz Sánchez, propietario de la mítica tienda Los Catalanes, pero a partir de ahí las ventas fueron decayendo progresivamente. Este comerciante lo tiene claro: «Todo lo que tenga que ver con las franquicias y grandes marcas es lo que más daño hace a los pequeños comerciantes. Yo estoy notando la repercusión de su implantación desde hace unos cuatro años».

Por esto motivo, Fernando decidió que, ante este imperio de grandes marcas, la solución estaba en ofrecer calidad y alguna que otra promoción durante todo el año. «Lógicamente nosotros, los comerciantes más pequeños, no podemos arrancar con descuentos del 50 por ciento como hacen estas tiendas. Yo he empezado con 30 por ciento. Hay que especializarse para sobrevivir y yo lo he hecho con la camisería, pues tengo desde nueve euros hasta 50, que son las más exclusivas». Unos metros más allá se encuentra la zapatería Boneton, que se quedó pequeña durante la mañana de ayer para albergar a todos los clientes que querían comprarse un par de zapatos por algo más de diez euros.

Y es que, en estas fechas de rebajas, son muchos los comercios de Vila, aquellos de toda la vida, que intentan sacar pecho ante la adversidad.

Igual que Fernando, Soadia Boidiabid, propietaria de Patufet, optó por competir con estas macro tiendas ofreciendo productos específicos ya que con la rebaja de precios es complicado plantarles cara. «Es horroroso que las franquicias arranquen rebajas con descuentos tan grandes. Nosotros no podemos hacerlo, por eso desde hace algunos años, cuando empezó el auge de estas tiendas en Eivissa, decidimos eliminar la ropa de niño a partir de seis años, que es la que más me afectó en ventas, y nos especializamos en ropa de comunión y bebé. La gente es muy previsora con el tema de la comunión y si bien las ceremonias suelen ser después de Semana Santa la gente es muy previsora y empieza a comprar ya». De hecho ofrece descuentos del 40 por ciento en trajes y vestidos de comunión (uno para niño cuesta alrededor de 114,95 euros y para niña sobre 279 euros).

Cerca del Mercat Nou, dos comerciantes que llevan prácticamente toda la vida vendiendo moda cuentan su experiencia. La primera de ellas, Francisca Gutiérrez (Souvenir Marbella) está especializada en ropa para mujer mayor: «Yo siempre lo he tenido claro y aposté por la ropa clásica. Vendemos muchas parkas y pantalones, que los tenemos desde 24 hasta 14 euros. A mí, sinceramente, no me afecta mucho el tema de las franquicias». Justo al lado, María Dolores Masvidal (Local 5) trabaja con prendas juveniles y tallas grandes: «Nadie pone negocios para perder dinero. A veces vienen mujeres diciendo que por qué no rebajo más la ropa, pero es que no puedo porque si a mí una prenda me cuesta 20 euros le cargan un 60 por ciento sobre el coste. A las franquicias les cargan un 200 por ciento sobre el coste, por eso pueden arrancar con descuentos del 50 por ciento para arriba. Si los pequeños comerciantes hiciéramos eso estaríamos regalando literalmente las prendas». Y añade: «No creo que me afecte mucho el tema de las franquicias porque las niñas que compran en esas tiendas no vienen aquí».