El Día de Balears en el stand de Fitur, fue eso, el Día de Balears, sin gran historia y sin grandes espectáculos. Salvo la actuación del Cant de la Sibil·la, que a más de uno, y no voy a decir nombres, le pareció un tanto tedioso. Pocas cosas merecieron la pena salvo la que montaron los populares ahí mismo, sin cortarse un pelo y siendo conscientes de que los medios ibicencos, cual aves de rapiña, merodeábamos sin disimulo por el espacio. La llegada del presidente balear del PP, José Ramón Bauzá, despertó interés, mas que nada por los mas de 20 minutos (tiempo estimado) que tardó en trasladarse tres metros (distancia estimada) para saludar a sus 'colegas' ibicencos de partido (esto es otra estimación). Finalmente hubo encuentro, aunque primero fue Miquel Ramis quien, cual domador de fieras, entabló conversación con José Sala. Bauzá, después de conversar a diestro y siniestro y visto que el terreno estaba relajado, también se aproximó, cual macho dominante de una manada. Así, empezó todo. Poco a poco se fueron uniendo: Vicent Marí, Antoni Marí Carraca, Josefa Costa, José Torres, José Ramón Serra Pilot, y una tímida Encarca Castro, que parecia no tener claro si acercarse o salir corriendo. Lo cierto es que hablaron. Vicent Marí insistía en la necesidad de arreglarlo todo en la isla, Ramis se lamentaba por supeditar su candidatura a la elección del futuro candidato. Y así, hasta que Bauzá, después de instruir a la manada de ibicencos, abandonó al rebaño. Fue cuando Castro empezó a hacer aspavientos en una conversación con Sala, cual presa ofendida por las palabras del macho dominante. De Palau, ni el pelo se le vio. A unos metros, Xico Tarrés y la consellera Pilar Costa, con la mirada atenta como si fuera un documental del National Geographic. Pasada la 'marea Bauzá', cada uno siguió con lo suyo. El clan de Sant Antoni se marchó, y con ellos Encarna Castro. El primer edil de Santa Eulària se quedó y, a una distancia prudente, el de Sant Joan. Lo que tampoco tuvo desperdicio fueron los empujones, codazos y las prisas por coger un sitio en la primera fila del stand de Eivissa. El objetivo: salir en la foto (quedan tres meses para elecciones). En esa instantánea sale, con todos mis respetos y como dice mi madre, 'hasta es més ase'. Eso también podría ser otro capítulo del National Geographic: Cómo se desenvuelven los depredadores en el hábitat turístico. La presa, sea quien sea, que empiece a correr.