Nació en Mallorca y desde bien pequeño tuvo claro cuál sería su profesión, artista en vidrio, pues aprendió a dar mil y una formas de esta material cuando sólo tenía trece años. Pere Ignasi estuvo bastantes años trabajando en fábricas hasta que, cuando cumplió los 23, obtuvo la titulación de maestro en este arte. Años más tarde comenzó su andadura profesional de manera independiente. «Volví a casa con 27 años y monté un horno allí para poder trabajar mis propias piezas. Los primeros trabajos en solitario fueron una maravilla; hacía todo lo que se podía hacer con vidrio, por ejemplo, jarras, vasos y ante todo diseños propios», cuenta esta artista.

En la actualidad, Pere Ignasi tiene 62 años y muchas ganas de enseñar al público las piezas en vidrio que son fruto de su imaginación y, sobre todo, su esfuerzo. Hoy a partir de mediodía y hasta el próximo 6 de febrero, un total de 17 de sus creaciones se podrán ver en el restaurante Las puertas del cielo de Santa Agnès, en horario de doce de la mañana a cinco de la tarde. Allí, las piezas más extravagantes se mezclan con formas más redondeadas. Pero todas ellas tienen en común, sin embargo, los matices artísticos y conceptuales que Pere Ignasi pone en todas sus obras.

Según cuenta, antes de darle forma a sus obras, el vidrio pasa por una temperatura de 1.200 grados. «Hago muchos bocetos previos de lo que quiero hacer porque el vidrio se enfría muy rápidamente. Una vez caliente doy forma al cristal en siete minutos o menos; no puedo tardar más». Y añade: «No sé cómo definir lo que hago; creo que es algo único, pero que la gente venga a ver la exposición y así pueden buscar ellos mismos una definición de mi trabajo».