Los 21 alumnos del Colegio Guillem de Montgrí disfrutaron y aprendieron con las clases en la carpa

Los 21 alumnos del Colegio Guillem de Montgrí llegaron por la mañana con la ilusión de poder subir a bordo, pero la fuerte lluvia caída durante todo el día de ayer hizo cambiar los planes del inicio de la Setmana del Mar 2011 y les obligó a refugiarse en una carpa habilitada para la ocasión por el Club Naútic Sant Antoni.

Sin embargo, los niños de quinto de primaria del centro de esta misma localidad, ataviados con sus gorras rojas, se lo pasaron en grande al calor de las estufas. Gran culpa de ello tuvieron las monitoras Nuria y Vanessa que no pararon de enseñarles cosas que les serán muy útiles durante el tiempo que estarán a bordo y en el resto de su vida.

No en vano, el gran objetivo es, según Nuria, una de las monitoras que «empiecen a tener contacto con el mundo del mar que les rodea aprendiendo, además, a convivir 24 horas entre ellos».

Así, por ejemplo, en su primer día, aprendieron qué son los barómetros, los milibares, un compás de marcaciones o un anemómetro. Pero de todo ello, con lo que más disfrutan es, según Nuria, cuando hacen nudos. «Durante el transcurso de la Setmana les enseñamos a hacerlos de todo tipo, como el 'nus pla', el nudo doble o 'lasca' o el famoso 'as de guía', y luego, les encanta poder llevarse a su casa su propio cuadro con varios de ellos».

Sin embargo, Vanessa asegura que «donde mejor se lo pasan es cuando suben a bordo, navegan y pueden dormir juntos durante una noche». No en vano, según la propia monitora, «para muchos es una experiencia totalmente nueva porque aunque son de la isla nunca han montado en un barco y tardarán mucho en volver hacerlo».

Algo que empezarán a hacer el jueves si el tiempo acompaña. Será entonces cuando el papel de Ismael y Ramón, los dos capitanes, y sobre todo de la 'otra' Vanessa, cocinera de a bordo y en tierra, se vuelve fundamental. La aportación de esta última es fundamental para que estos jóvenes lobos de mar se mantengan con fueza durante la actividad. Para ello, emplea una fórmula secreta a base de «macarrones con tomate casero en el que hay verdura triturada, carne empanada de pollo, pan de molde con Nocilla, jamón y queso y yogures».

No en vano, todos coinciden en que la vida en el mar agota, sobre todo si también tienen que hacer una gincana organizada en ses Salines por las biólogas Lina y Marta.

De todos modos, todos ellos seguro que guardarán fuerzas para la fiesta de despedida de la última jornada, y para firmar el diploma que les acredita personalmente como 'Guardianes del Planeta', comprometiéndose a cuidar la naturaleza y los mares.