Edu Sánchez Meroño lleva 27 años como directora del Puig d'en Valls | DANIEL ESPINOSA

Ilicitana de nacimiento, de sangre murciana e ibicenca de adopción, Edu Sánchez Meroño bromea con una gran sonrisa sobre tiene «triple nacionalidad». Precisamente la sonrisa es el rasgo físico más característico de esta mujer de 51 años que llegó a trabajar a una escuela unitaria en Sant Lorenç, hace más de tres décadas, y que ha hecho de su profesión una auténtica vocación.

Actualmente comparte su trabajo como directora del Colegio Puig d'en Valls, con su amor por las tradiciones de Eivissa y con su defensa de la participación ciudadana y del asociacionismo, que le ha hecho militar en Sa Colla de l'Horta, ser la presidenta durante dos años de la Federació de Colles de Ball i Cultura Popular d'Eivissa i Formentera, formar parte del coro de Jesús, y ser del grupo de creadores de la Asociación de vecinos d'es Burell de Jesús. Ahora, también, es la presidenta del Consejo Escolar Municipal de Santa Eulària donde lucha por sacar adelante el segundo instituto y el cuarto centro de Infantil y Primaria en el municipio.

Algo que hace encantada porque confiesa que es una privilegiada por «tener todos los días el regalo de poder trabajar en algo que me encanta» y que es posible gracias «al equipo que me rodea y al compañerismo de los profesores del Puig d'en Valls y que es lo mejor de dedicarme a este mundo».

A eso también ayuda su carácter vital y sociable que hace sentirse a gusto e integrado a todos los que están a su lado. Precisamente ella se integró perfectamente y ahora es una gran defensora de las tradiciones ibicencas, hasta el punto que sabe bailar payés, hace espardenyes y mantones y ha construído dos tambores, además de que dos de sus hijos han aprendido a ser sonadors. En este sentido, considera que con la Federació de Colles el folclore «pasa por el mejor momento tras un tiempo en el que estaba todo muy diversificado y sin criterios unificados», y respecto al tema de la polémica de la flaüta de plástico para las escuelas cree que puede «estar muy bien para acercarla a los niños, pero no para un escenario o para una colla, ya que hay que mantener el baile tradicional con todo lo que lo rodea».

Por todo ello es una voz autorizada para hablar de isla. No se muerde la lengua y considera que «Eivissa debe luchar más por lo que quiere y, en este sentido, nuestros políticos tendrían que pedir más para nuestro territorio ya que hay muchas necesidades que se están dejando a un lado como el tema del Servicio de Atención Domiciliaria que actualmente queda sólo en Mallorca».