La situación de las mujeres haitianas no suele salir en los medios de comunicación

Ha pasado algo más de un año desde que un terrible terremoto asolara Haití causando la muerte de 230.000 personas y heridas a 300.000, y según denuncia Amnistía Internacional «aún más de un millón de personas sigue viviendo en condiciones atroces en ciudades construidas con tiendas de campaña en la capital Puerto Príncipe, y en el sur del país».

Es precisamente en esta última zona donde las mujeres corren un enorme riesgo de sufrir agresiones sexuales de hombres armados que deambulan por los campamentos después de oscurecer. No en vano, según datos citados en el informe de Amnistía Internacional, «en los primeros 150 días transcurridos después del terremoto de enero de 2010, se denunciaron más de 250 casos de violación en varios campamentos».

Desgraciadamente esto no suele aparecer en ningún medio y por eso, para hoy jueves a partir de las ocho de la tarde, se ha preparado una mesa redonda en el Centro de Cultura Sa Nostra de Vila en la que Marta Colomer, responsable de las áreas de Países, Víctimas y Defensores de Derechos Humanos de la Sección Española de Amnistía Internacional, y Jaime Maisonneuve, portavoz de Amnistía Internacional en las Balears, hablarán sobre el tema.

Además, la cita se enmarca dentro del conjunto de acciones previstas por Amnistia Interiacional para aumentar su presencia y protagonismo Eivissa y Formentera. Precisamente, según Francisco Cabañas, activista de campañas, «febrero es especialmente significativo para nosotros puesto que la primera delegación nuestra que se creó en este mismo mes de hace veinte años».

Desgraciadamente este grupo desapareció y ahora, según Francisco, «viendo que en Menorca nos podemos reunir para tratar temas cada tres semanas y que sigue habiendo unos 100 socios en Eivissa, es un buen momento para relanzarlo».Por eso, desde la organización se anima a todo el que quiera ayudar a que se pase esta tarde por Sa Nostra y es que según sus organizadores, «hay muchas maneras de colaborar, tanto como activista o como voluntario desde el propio hogar sirviendo, por ejemplo, como una cadena que ayude a transmitir nuestra información a través de correos electrónicos».