La comitiva llegó de esta guisa al parque, donde fue recibida con una gran ovación.

Cuando a eso de las siete y media de la tarde, se empezaron a escuchar música, quejidos y lamentos, y se empezó a divisar el cortejo fúnebre de la sardina, muchos de los presentes en el Parc de la Pau, ya sabían que el Carnaval de 2011 de Vila estaba presto a llegar a su fin.

Un año más, los encargados de organizar este particular desfile fueron los miembros de la Asociación de Vecinos es Clot. En total, fueron unos treinta vecinos los que desfilaron por las calles, ante el asombro de muchos de los transeúntes que se asombraban al ver como cuatro hombres con bombín cargaban sobre sus hombros una preciosa sardina, precediendo a un grupo de mujeres perfectamente vestidas con sus mantillas.

Música para todos

Así, todos al ritmo de la música fúnebre de la Agrupación Musical del Santísimo Cristo de la Agonía, de los comentarios de las mujeres enlutadas que iban gritando entre sollozos «¡¡rica, rica!!» y «¡¡fresca, fresca!!» y de las chanzas de los que portaban el féretro asegurando que «esta sardina está muy viva, hay que rematarla luego», llegaron al parque.

Allí esperaban ansiosos los vecinos a que empezaran a salir las sardinas, mientras el olor se iba extendiendo gracias al viento por el parque. Allí, tampoco faltó el espectáculo musical en directo más allá del que acompañó al cortejo durante el recorrido desde la sede de la Asociación de Vecinos es Clot hasta el Parc de la Pau. En este caso, se pasó de los ritmos fúnebres muy parecidos a los de Semana Santa a los ritmos pseudo cubanos de la Orquesta de Ricardito, que con sus versiones dejó a más de uno de los presentes con la boca abierta intentanto averiguar que es lo que se estaba cantando.

Pero daba igual, porque lo importante ayer por la noche era, como afirmaban muchos vecinos entre risas, «pasárselo lo mejor posible y aprovechar para comer una buena sardina y buen trago de vino, que es lo mejor para el cuerpo con el frío y el viento que estamos pasando estos días». Y asi, unos y otros, entre risas y bocados, los vecinos de Vila dijeron adiós al Carnaval hasta el año que viene.