Jugadoras y usuarios de Deforsam posaron juntos entre risas como si fueran un auténtico equipo | DANIEL ESPINOSA

Pocas veces el entrenador del Palacio de Congresos Miguel Àngel Ortega habrá tenido un entrenamiento tan divertido y tan intenso como el que vivió ayer por la mañana junto a unos veinte miembros de la Asociación Defensor de Ibiza y Formentera de la Salud Mental (Deforsam).

Y eso que al principio las caras de asombro de algunos de los que acudieron eran tremendas al ver por primera vez tan de cerca a las jugadoras del equipo ibicenco. Muchos de ellos alucinaron con la altura de Paula Seguí o de la norteamericana Kristen Rasmussen, y con el dominio del balón de Silvia Morales o Verónica Àvila.

Sin embargo, la timidez inicial se fue superando enseguida gracias al buen humor de las jugadoras y del míster, y tras una sesión de estiramientos coordinada por Paula Seguí empezaron las primeras sesiones de tiro y las primeras carcajadas. En ellas, más de uno demostró que no se le daba nada mal el deporte de la canasta, encestando triples más propios de Kobe Bryant o Pau Gasol, ante el asombro de algunas de las jugadoras que aseguraban entre risas que podrían ficharlos para el año que viene.

No en vano, según iba desarrollándose esta sesión, enmarcada dentro del proyecto 'Baloncesto sin barreras' organizado por el equipo pitiuso, fueron soltándose y empezaron a pasárselo en grande demostrando como gritaba Miguel Àngel Ortega que «¡¡un equipo tiene que estar siempre unido!!».

Algo muy positivo para ellos, ya que, como afirmaba Samuel Vidal, técnico de Deforsam, «aunque al principio nadie quiere venir, les da estabilidad ya que aprenden a trabajar en equipo con juegos de cooperación y además se van con un diploma que que les acredita su presencia y su esfuerzo con la firma de todas las jugadoras».