El diseñador Javier Simorra, en una imagen promocional.

Javier Simorra creció viendo cómo su familia creaba sombreros y trajes masculinos. Cuando cumplió 20 años decidió continuar en el mundo del diseño, pero centrándose en la figura femenina. «Desde muy pequeño me entusiasmé con la artesanía de la confección y aprendí el oficio de manera muy natural. Me enamoré entonces de la moda para mujer, mucho más creativa que la de hombre», explica este conocido diseñador catalán que llega a Eivissa dispuesto a ofrecer moda elegante, muy femenina, cómoda y algo atrevida.

-Proviene de un negocio familiar centrado en moda masculina. ¿Qué recuerda de aquella época?

-Recuerdo la artesanía con la que se trabajaba, el rigor en la confección de cada prenda y la forma en la que se elaboraban los trajes. De los años 70 recuerdo el entusiasmo de la gente y la pequeña estructura de negocio que teníamos, todo muy familiar, incluso el taller estaba dentro de casa.

-¿Qué le gusta más, crear moda masculina o femenina?

-Femenina, por supuesto. Para mí la moda es absolutamente femenina: los tejidos, las formas, la necesidad de gustarse, de comunicar a través del vestuario, del cambio de cada temporada... La moda de hombre es estándar. Definitivamente, entiendo la moda como una necesidad que tienen las mujeres.

-¿Cómo explicaría en cinco palabras su moda?

-Creo que podemos hablar de una elegancia implícita, distinción, glamour, feminidad y calidad. Cuidamos mucho los tejidos, algunos de ellos muy elaborados.

-¿La adaptación es la herramienta para subsistir en alta costura?

-La sociedad es cambiante y la única clave que existe, no sólo en la alta costura sino en la moda en general, es saber adaptarse a tiempo a cada momento.

-¿La calidad está reñida con el precio?

-En absoluto. Se pueden elaborar prendas con tejidos de calidad y bien confeccionadas con un precio sensato. Si hay un buen trabajo detrás, se pueden hacer cosas con un precio justo y de calidad.