El Ayuntamiento de Vila esperaba ahorrar 423 kilovatios y dejar de emitir 0,299 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera con el apagado del alumbrado público que llevó a cabo ayer con motivo de 'La hora del planeta', iniciativa que se celebró en otras ciudades del mundo para concienciar sobre la necesidad de economizar recursos energéticos.
La medida afectó a la iluminación de la catedral, la estatua de Vara de Rey, las murallas renacentistas de Dalt Vila, el edificio de Can Botino, el baluard de Portal Nou y el parque Reina Sofía. También se apagó el alumbrado público de los paseos de s'Alamera, Juan Carlos I, de las Pitiüses, de Talamanca, la avenida de Santa Eulària y la plaza del Parque.
Por motivos de seguridad, en cuanto al alumbrado público sólo se apagó durante diez minutos. El resto (el de tipo ornamental) se suspendió durante una hora, entre las 20,30 y las 21,30 horas.
Además de las administraciones, también estaban llamados a apagar luces y desconectar aparatos eléctricos innecesarios todos los particulares y negocios, no sólo de la ciudad, sino de toda la isla, si bien el seguimiento de esta propuesta no fue todo lo masivo que cabía esperar.
A media luz por una buena causa
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