Nuestra Señora de los Dolores es de las más admiradas

La solemnidad y respeto de todos los vecinos hacía sus cofradías fue el gran protagonista ayer en la Procesión del Santo Entierro de Santa Eulària.

Así, el recorrido de ida y vuelta hasta el Puig de Missa, pasando por las calles del Sol, Sant Vicent y Sant Jaume, estuvo marcado por el silencio de los asistentes al paso de las seis cofradías de la localidad (Santa Marta; Cristo Atado a la Columna; del Nazareno; del Cristo de la Oración, del Cristo Yacente y de Nuestra Señora de Dolores), como siempre precedidas por el grupo de romanos que llevaron a Jesús al Monte Calvario.

Además como es tradición tampoco faltaron los 12 discípulos de Jesús; una buena samaritana; la Verónica y su manto de la Santa Faz; la Banda Municipal de Música y la de Cornetas y Tambores.

Así mismo, también llamó la atención entre los asistentes, el gran número de pies descalzos entre los distintos cofrades, en señal de alguna promesa, y los muchos niños que marchaban vestidos con los trajes tradicionales de cada una de las hermandades.