Philippe Panchout con el ejemplar que recoge los estudios de prácticamente toda su vida. | M.G.

Philippe Panchout nació en París el 20 de noviembre de 1946 pero su trayectoria vital le ha llevado por países tan dispares como Alemania, Argentina, Bélgica, Brasil, Italia, y, desde hace siete años, Eivissa. Todos ellos muy diferentes entre sí pero con un nexo común para este francés: el estudio incansable del funcionamiento del cerebro humano.

Algo que comenzó cuando cayó en sus manos un artículo sobre el tema cuando tenía quince años. «Llamó tanto mi atención que decidí empezar a investigar más a fondo y desde entonces no he parado de recopilar e investigar mucho más a fondo».

Desde entonces este francés, experto en matemáticas y físicas y admirador del científico aragonés Santiago Ramón y Cajal, se convirtió en un autodidacta en lo que concierne a ciencias relacionadas con el tema del cerebro como el psicoanálisis, la microbiología, la biología, la filosofía o la paleontología. Gracias a ello se ha convertido en aspectos como la sinestesia, la visión ciega, la parálisis del sueño, el sonambulismo, el hipnotismo o la selectividad de los recuerdos.

Con todo ello, ha descubierto, entre otras muchas cosas, la relación que hay entre el funcionamiento del cerebro y las conductas de las personas. Para ello, asegura que tuvo que determinar cómo funciona este órgano, algo que, según afirma, «no se había hecho anteriormente porque sólo había suposiciones como las que hizo Freud».

Investigando toda la vida

Por todo ello, se confiesa un «enamorado del cerebro humano» al que considera como «una máquina que funciona prácticamente a la perfección». En este sentido asegura que lo que «más me fascina de él es que cualquier persona tiene una inteligencia única que sólo depende de la organización de este órgano sin importar el color de la piel, la raza o el sexo».

Sin embargo, también hay que tener en cuenta, según Panchout, que «juegan un papel muy importante en nuestra memoria los comportamientos de origen genético, que, sin embargo, se pueden transformar en aprendidos si se aplica el trabajo necesario».

En este sentido, el experto francés asegura, con una gran sonrisa, que «lograr volverse más inteligente es, simple y llanamente, una cuestión de práctica, realizar una comida adecuada, hacer ejercicio físico y adquirir los conocimientos adecuados».

Algo que se explica a la perfección en su ensayo titulado 'El funcionamiento del cerebro, introducción a la Neuroetología', que se presentará hoy a las seis y media de la tarde en Las Dalias, y que según sus propias palabras, «es el trabajo de toda una vida».