La patronal de transporte regular de viajeros en Eivissa, Ibizabus, emitió ayer un comunicado en el que, por boca de su portavoz Javier Luqin, se critica nuevamente a Vila por querer instalar en el edificio Cetis la nueva estación de autobuses de la ciudad, una medida cara y falta de seguridad, asegura, que «suena a capricho personal o a pago de algún favor».
Luquin, que en un extenso comunicado se refiere en varias ocasiones a la futura estación como «un peligroso agujero», defiende que intentar adaptar y mantener la instalación a lo que la patronal considera que sería necesario «supondría un mayor coste a las instituciones pitiusas que erigir una nueva»
«Los informes que se deberían encargar, las correspondientes modificaciones a aplicar y el incremento de recursos necesarios para garantizar la misma calidad del servicio, supondrían un mayor encarecimiento y dilatación en el tiempo que construir una nueva terminal que cumpliese con todas las normas de seguridad, operatividad y efectividad precisas», apuntaba la nota de prensa que, eso sí, no cuantifica el coste que supondrían (en tiempo y dinero) una u otra opción.

Sobrecoste
Por otro lado, el gerente de HF Vilás auguró que tener que pasar a operar en la estación del Cetis «supondría un sobrecoste de tal importancia que quebraría el actual modelo financiero para el actual transporte público de Eivissa». Luquin concretó que los costes de mantenimiento de la actual infraestructura «serían tan altos que, en menos de diez años, ya se habría amortizado una nueva».
Al mismo tiempo, desde Ibizabus se apuntó que las instalaciones realizadas podrían ser adaptadas a otras funciones. «En el caso de ser legalizadas, podrían tener usos mucho menos peligrosos y problemáticos que este, como la conversión en un aparcamiento destinado a vehículo públicos».

La de Sant Antoni, el ejemplo a seguir
El gerente de los autocares Vilás aseguró que la isla ya cuenta con «una estación de autobuses modélica eficaz, económica en su mantenimiento, y con una gran aceptación por parte de los usuarios, en cuyo concepto deberían basarse las nuevas terminales».
En esta línea Luquin precisó que la estación de autobuses de San Antonio «marcó un modelo eficiente que creemos debería ser el referente para las instalaciones de Santa Eulària y Vila», apuntó.