Wolfang Otschi Kästle, más conocido como Otschi llegó a Eivissa en 1994 para pasar sus vacaciones después del servicio militar. Tan encantado quedó que en los siguientes años intentaba pasar cada vez más días en la Isla hasta que en 1998 por fin se decidió a dar el paso y establacer su día a día aquí con el taller Road Race.

Y en esta historia vital tienen que aparecer las motos, su gran pasión que ha convertido en profesión. «Además de ser mi profesión, para mí fabricar una moto es todo un arte; disfruto haciéndolo porque cada moto tiene su historia», explica este motero que, con los años, se ha ganado un lugar importante en esta profesión, no sólo en Eivissa sino en su Alemania natal y otros países europeos.

«En los primeros años que estuve aquí no había trabajo y para sobrevivir reparaba scooters y barcos. A partir del año 2000 empezaron a estar de moda las motos custom en Eivissa y ahí empecé a ser más conocido», puntualiza.

Excepto el chasis y el anclaje, todas las demás piezas y carrocería las monta Otschi: «Lo hago todo a mano. El montaje es cien por cien a medida del conductor».

De entre todas las motos que ha creado tienen un cariño especial a una Harley que tiene en el nombre de 'Amenze' (Àngela en un dialecto africano) en honor a su mujer fallecida. «La hice justo cuando a mi mujer le faltaba poco para morir. Es muy especial para mí porque siempre me recuerda a ella. Tardé en hacerla unos siete meses porque tiene muchos detalles personalizados, como la forma, la pintura que en el manillar simula las alas de un ángel», cuenta con emoción. Tan especial es para Otschi esta moto que hasta tiene pintada una dedicatoria para su esposa. «En memoria de mi querida mujer. Su vida fue muy corta. Ella se fue, pero yo no la he olvidado», lee para segundos después puntualizar: «Es mi manera de recordarla para siempre».