A Agustinet estuvo ayer a punto de darle un infarto. Desde la tarde anterior sabía que el PP y Nova Alternativa no habían llegado a un acuerdo. Le llamaron tanto Neus Marí como el presidente del PP Miquel Jerez para decírselo, pero de todas formas no las tenía todas consigo y no hacía más que tocarse el cuello y la corbata durante la votación. «Temía que por la mañana me llamaran y me dijeran: guarda el discurso», confesó tras una investidura en la que la tensión se podía cortar con un cuchillo y que transcurrió con semblantes muy serios por parte de los miembros de PSOE-Pacte y caras más relajadas en el PP.
También estaban enormemente circunspectos los concejales que tenían la llave de ese acuerdo, Vicent Torres y Encarna Castro, de NA. Castro reconoció que les costó «mucho» votarse a sí mismos y no pactar porque «la presión ha sido tremenda» no solo por parte del PP, sino también de sus afiliados, simpatizantes y amigos. Torres confesó que las negociaciones duraron hasta ayer por la mañana y lamentó la «falta de flexibilidad del PP». «Muchos nos criticarán esta decisión, pero otros nos apoyan y nos reafirman», añadió.
La votación fue muy emocionante, porque encima se hizo con sobre cerrado y no a mano alzada. Finalmente, cuando se supo que Agustinet era alcalde la abarrotada sala prorrumpió en aplausos, aunque hubo gente que no lo hizo, entre ellos el exalcalde José Serra Escandell y otros populares.
Fue entonces cuando Agustinet salió a pronunciar su discurso y antes que nada lanzó un sonoro «¡uf!», que fue recibido con otra ovación. Tuvo palabras para su mujer, sus hijos, su hermano Bartomeu y su madre «por todo lo que les hago pasar» en un trabajo que confesó que le «apasiona» aunque su familia a veces «lo sufra». Tras ello, música 'a toda hostia' de Coldplay y vorágine de abrazos y besos y muchos lloros de emoción, entre ellos los de la consellera de Interior en funciones, Pilar Costa.
El acto tuvo más anécdotas, como el aplauso que se llevó el concejal de PSOE-Pacte Albert Marí cuando salió a prometer su cargo en muletas o como la metida de pata de la secretaria, que dos veces se equivocó en partidos y cargos. Casi todos prometieron en catalán, pero hubo quien utilizó el juramento, como Encarna Castro, que lo pronunció en castellano. Josep Antoni Prats (ERC) prometió su cargo «por imperativo legal» como suelen hacer los independentistas. A Castro, por cierto, se le desabrochó la medalla capitular, algo que fue interpretado por algunos como una señal, no se sabe bien de qué.
Entre el público, pocos populares y bastantes más socialistas. Estaban la diputada del PP Carolina Torres y el exalcalde José Serra Escandell (PP). Del PSOE acudieron Xico Tarrés, José Manuel Bar, Julián Aguilar y Pepa Marí, entre otros. Tras el acto, Tarrés dijo que sabe cómo se siente Agustinet porque él también fue alcalde progresista cuando las islas estaban gobernadas por el PP. «No tiene que angustiarse», le recomendó. Agustinet bromeó diciendo que ahora que es prácticamente el único alcalde socialista de Balears le harán «candidato al Govern» y Aguilar fue más allá diciendo que tendrán que llevarlo a Madrid porque debe ser uno de los pocos alcaldes socialistas de municipios importantes en España.
El aperitivo también dejó imágenes insólitas, como la de Enrique Garcerán y Encarna Castro hablando o Pepa Marí conversando con su sucesora en el Consell Carmen Ferrer sobre el traspaso. Por cierto, que algunos todo quedó en familia: Mª Àngeles Mostazo (PSOE-Pacte) y su yerno Javier Marí (PP) se convirtieron ambos en concejales.