Emilio Benítez en su barca amarrada en el puerto de Santa Eulària.

El patrón mayor de la cofradía de pescadores de Eivissa, Emilio Benítez, denunció ayer que la pesca que se hace con carácter recreativo y termina en las cocinas de diversos restaurantes de la Isla está perjudicando mucho al sector, «a los pescadores y también a los pescaderos». «Nosotros calculamos que le servimos pescado al 25 o como mucho al 30% de los establecimientos que trabajan con producto fresco en la isla, un porcentaje muy bajo», valoró.
En cuanto a la cantidad de pescado que llega a los distintos restaurantes de manera furtiva, el patrón mayor de los pescadores de Eivissa señaló que «muchos restaurantes se nutren de kilios y kilos de pescado que se pesca y se comercializa de manera furtiva, por eso nosotros ya estamos viendo cada mañana a los pescadores furtivos que están antes de que nosotros lleguemos y se quedan cuando nos vamos».
Benítez aseguró que ha tratado el tema en diferentes ocasiones con los responsables del sector y su propuesta siempre ha sido «que se regule la pesca recreativa de pistola como lo está la caza en tierra. Sabemos que no se puede prohibir, pero proponemos que se regule».
Para el presidente de la cofradía de Eivissa una buena propuesta sería que se pudiera pescar unos días a la semana, por ejemplo los fines de semana y festivos, «como estaba antes».
Benítez se plantea cómo es posible que no se pueda volver a una norma que existía en el pasado «y funcionaba», se pregunta si puede que haya otros intereses, y concluye en que puede que sí que los haya.

Combustibles
Los pescaderos de Eivissa se enfrentan además, según Benítez, a los elevados precios del combustible. «Nosotros nos tenemos que pensar mucho si salimos a trabajar o no y las posibilidades que tendremos después de vender el producto y poder sufragar así los gastos de combustible y eso no puede ser», señaló.
Por todo ello el presidente de los pescadores de Eivissa explicó que atrás quedaron las jornadas de doce horas de trabajo que realizaban en los años de bonanza económica y que han dado paso a jornadas de 5 o 7 horas, en función de la demanda. «No se gana lo que se tendría que ganar», concluyó.

«El consumidor no tiene liquidez en la cartera»
Para Emilio Benítez, otro de los principales problemas a los que se enfrenta el sector es el descenso que se ha producido en las ventas. «Si el pescadero se frena a la hora de comprarnos producto es porque el consumidor no tiene liquidez en la cartera y nosotros sufrimos las consecuencias».
Según Benítez, los pescadores les piden que no lleven más producto porque todavía no lo han vendido todo y corren el riesgo de que se les haga malo y perderlo todo. «La economía lo está arrastrando todo», sentenció.