El presidente de Nova Alternativa, Vicent Torres, y el portavoz de la formación, Manuel Adana, respaldaron la denuncia presentada por un particular, Manuel Fernández Moya, ante Fiscalía por el tratamiento inadecuado de los restos de asfalto en las obras de ampliación de la carretera de Sant Miquel.
Torres explicó a este periódico que ninguna de las instituciones a las que se dirigió Fernández le tomaron en consideración, actitud que el presidente de Nova Alternativa calificó de «alarmante». «Exigimos que los responsables políticos, aunque estén en funciones, tienen la obligación de atender estas denuncias hasta el último día de su cargo porque que lo dejen no signifique que desatiendan estas cuestiones», criticó Vicent Torres.
Por ello, denunciaron ayer que los restos de asfalto de las obras de la carretera de Sant Miquel están siendo enterrados sin cumplir con la obligatoriedad de retirar este tipo de residuos. «Y más un conseller [en referencia a Albert Prats] que se ha dedicado a hacer prospecciones en Platja d'en Bossa para ver si encontraba este mismo material debajo de montones de tierra. Ahora resulta que está dejando hacer esto en una obra que es de su responsabilidad», explicó Torres.
En este mismo sentido, el presidente de Nova Alternativa avanzó que se pedirán explicaciones, tanto al conseller saliente como al entrante, para ver «qué ha pasado con todo este asfalto viejo triturado que se está escondiendo debajo de la carretera como quien esconde basura dentro de la alfombra».
Además, Torres indicó que en este tipo de obras debe existir una partida económica dedicada a la eliminación de este tipo de residuos «y alguien lo está obviando».

Con un plan de residuos, por primera vez

El conseller en funciones Albert Prats desconfió de esta denuncia al señalar que se ha puesto «especial cuidado, como nunca se había hecho antes, en todos estos aspectos». «De hecho, es la primera vez que la ejecución de una carretera incluye un plan de gestión de residuos», insistió.
Además, Prats apuntó que se realiza un seguimiento a diario de la eliminación de estos residuos: «En una primera analítica del asfalto de la carretera se detectó que no podía ser considerado un residuo peligroso porque no contiene hulla, y aún así el plan de gestión contempla su retirada». Asimismo, Prats señaló que la empresa responsable ha tenido «muy claro» que el cumplimiento del plan de gestión de residuos era un «punto irrenunciable para el Consell y que tenía que tener un cuidado extremo».