El presidente de los hoteleros de Eivissa y Formentera, Juanjo Riera, ha asegurado, después de que un joven británico falleciera este jueves en Sant Josep tras precipitarse del balcón del hotel en el que se encontraba alojado, que la patronal no puede adoptar más medidas de las ya consensuadas el pasado año para evitar este fenómeno.

Riera, en declaraciones a Europa Press, ha destacado que los hoteles de Eivissa y Formentera cumplen con la altura reglamentaria de las barandillas de los balcones según la legislación británica, eso es, 1,10 metros, y que hacen «todo lo posible» por concienciar a los turistas que vienen a las islas sobre este fenómeno.

En este sentido, el presidente de la patronal hotelera ha manifestado que trabaja junto a los turoperadores para explicar a los turistas jóvenes el riesgo que asumen al realizar determinadas prácticas como, por ejemplo, tirarse a la piscina desde el balcón o pasar a través de él a otra habitación.

«Lo que no podemos hacer es encarcelar a la gente, ponerles barrotes», ha declarado Riera, que se ha quejado de que en Youtube existan vídeos colgados por turistas en los que, de alguna forma, se legitima esta práctica.

En estos videos se ve a los huéspedes de los hoteles tirándose al interior de la piscina desde los balcones, exponiéndose a un enorme riesgo.

Pese a que no muestra ningún accidente, en muchas otras ocasiones el final «no es feliz», si bien esta clase de imágenes no se registran o cuelgan en internet. «Hay turistas que tras tirarse a la piscina han quedado inválidos», ha advertido.

Por ello, para evitar el 'balconing' o caídas fortuitas desde la terraza, como fue el caso del joven británico, el presidente de los hoteles de Eivissa Ibiza y Formentera cree que se deben impulsar campañas más «contundentes» de información y concienciación sobre el peligro de esta práctica en los países de origen de los turistas.

Cuatro turistas en pocos días

Cuatro turistas, uno de los cuales ha muerto, se han precipitado en los últimos días desde los balcones de sus habitaciones en diferentes hoteles de Baleares debido, en principio, a accidentes en los que habría influido la ingesta excesiva de alcohol.

Las fuentes consultadas por Efe -servicios de emergencia, los propios establecimientos y la Delegación del Gobierno- señalan que presumiblemente no se trata de casos de «balconing», un fenómeno por el que los turistas jóvenes se tiran a la piscina de los hoteles o saltan de un balcón a otro, lo que causó el fallecimiento de varios el pasado verano.

De todos modos, las Fuerzas de Seguridad están investigando estos últimos casos, si bien inicialmente creen que se trata de accidentes.

Los dos últimos precipitados se han registrado esta pasada madrugada en Mallorca y los protagonistas son un alemán que pasaba de los 50 años y otro compatriota de 26 años.

El primer suceso se ha producido sobre las 2.40 horas en el hotel Bei Juan de Sant Llorenc des Cardassar, donde un alemán que pasaba de los 50 años se ha caído del balcón -un segundo piso- de la habitación donde se hospedaba con su mujer.

Aunque su estado no reviste gravedad, ha sido trasladado al hospital de Manacor para realizarle las pruebas médicas pertinentes.

Posteriormente, sobre las 5.50 horas ha caído el joven de 26 años desde el tercer piso del Hotel Dos Playas de Cala Ratjada, por lo que ha tenido que ser ingresado en estado grave en el hospital de Son Espases con un traumatismo craneal.

En la madrugada de ayer, jueves, un joven británico de 24 años perdió la vida en Ibiza tras caer desde su habitación, situada en la cuarta planta del hotel Es Pins del municipio de Sant Josep.

El muchacho, que al parecer había bebido, llegó a la habitación con su compañero de viaje, salió solo al balcón a tomar el fresco y se cayó, sin que hayan trascendido más datos sobre las circunstancias.

El pasado domingo, otro extranjero de 28 años sufrió múltiples fracturas en las dos piernas al caer de una altura de unos cinco metros en unos apartamentos situados en la zona de Sant Jordi de Ibiza.

El llamado «balconing» es un asunto que ha sido tratado este año en varias reuniones por el delegado del Gobierno, Ramon Socias, y los hoteleros de Baleares.

El delegado reconoció entonces que se trata de un tema «difícil» porque los agentes tienen «difícil acceso» a los hoteles al ser establecimientos privados y porque «no se puede poner un policía en cada balcón».

Una de las medidas planteadas en estos encuentros es aumentar la altura de las barandillas, pero sería un gasto que deberían asumir los propios empresarios.