Isidor Ribas, por Àlex Fito.

Isidor Ribas Ribas (Vila, 1980). Estudió en el IES Quartó de Portmany y después se trasladó a Barcelona en el que realizó un ciclo superior de Informática. Durante dos años trabajó como informático en la Ciudad Condal y después regresó a Eivissa donde es propietario de una tienda de patines y ropa relacionado con el hip hop y el rap. Su afición a patinar la compagina con la presidencia de la colla de ball pagès de Sant Agustí, baila payés desde que era un niño y siendo un adolescente empezó a patinar con sus amigos, con la práctica del kendo, un arte marcial japonés.

-¿Qué empezó primero, a patinar o a bailar payés?
-A bailar payés. Empecé con 11 años, estaba el grupo de Sant Agustí y mi hermana lo quiso probar pero no le gustó y a mí sí.

-¿No es hiperactivo con tanta actividad? ¿Cómo lo compagina?
-Sí, se puede. En la tienda es trabajo y cuando acabo de trabajar si no tengo kendo me voy a patinar. El ensayo del ball pagés es una vez a la semana. Lo llevo de la mejor forma que puedes.

-¿Y cómo surgió lo del kendo?
-Cuando era pequeño hice judo y después lo dejé. Cuando regresé a Eivissa estaba buscando hacer un arte marcial que lo pudiese compaginar con el horario de la tienda, encontré el kendo que me llamaba la atención, lo probé y me gustó.

-¿No se ha equivocado alguna vez y se ha llevado los patines a hacer kendo y viceversa?
-Casi siempre lo llevo todo en el coche. Llevo los patines en el maletero y el shinai y el bokken, las espadas de esgrima japonesa, en el asiento de atrás.

-¿Cuál de las tres actividades le resulta más gratificante?
-Las tres por igual, son cosas distintas. Al kendo le estoy dando más dedicación porque entreno seis horas a la semana. He bajado un poco el listón con los patines porque con la edad se notan más los golpes porque yo patino, sobre todo, en rampas y haciendo saltos.

-¿No se considera un poco privilegiado al trabajar en algo relacionado con lo que le gusta?
-Sí, es lo que me gusta pero no es lo mismo. El trabajo tiene otras vertientes que no te gustan tanto como es el caso de papeleo o los bancos.

-¿Cómo lleva lo de la crisis?
-Es bastante duro. Con la crisis ha habido un bajón bastante gordo e intentamos sobrevivir de la mejor manera.

-¿Qué opina de movimientos como el 15-M?
-Tarde o temprano iba a ocurrir porque lo que no se puede hacer es cargar a la espalda de los más desfavorecidos y la clase media todo el peso de la crisis cuando no la hemos generado nosotros. La crisis es por la mala gestión financiera y de egoísmo y avaricia pura por el sistema financiero mundial.

-¿Ve alguna solución?
-Todo está montado para que los más ricos sean más ricos y los pobres, más pobres. Los banqueros tienen teléfono directo con la Moncloa mientras que a los trabajadores no se les hacen caso. Estamos volviendo al siglo XIX cuando habíamos conseguido un mínimo y se supone que la generación siguiente tiene que tener mejores condiciones.

-¿Qué opina de Eivissa en verano?
-La gente se queja mucho del turismo que viene a Eivissa pero hay de todo. Tengo amigos que vienen a disfrutar de las playas y de un poco más de tranquilidad. A Eivissa no se le va a poder quitar la etiqueta de fiesta, pero tampoco es malo porque es un privilegio la cantidad de artistas que hay. Este año hay muchos conciertos y no sólo de música de discoteca sino con gente como Jamiroquai o Snoop Dogg. Son dos o tres meses de mucha gente que viene y quiere esparcirse un poco.

-¿Cómo se siente un aficionado al hip hop o al rap en una discoteca de Eivissa?
-No suelo ir mucho porque la música electrónica no es lo que más me gusta. Hace poco hubo un concierto de Snoop Dopg, un rapero muy famoso y me hubiera gustado ir pero no fui por el precio de la entrada. Los djs que vienen aquí llenan salas y en una noche no te viene uno, sino tres o cuatro. Si la gente viene a esto y lo pago, me parece bien, pero a la gente de la Isla, a los residentes, nos podían bajar los precios.

-¿Y ahora con el cambio de gobierno tras las elecciones qué pediría a los políticos?
-Tengo 31 años y lo único que veo que los políticos ni son líderes ni están por el bien común. Sólo hay que ver que acaban de entrar y se están subiendo los sueldos. Es una verguënza la clase política que tenemos. Les pediría que se dejen de tonterías, que sean valientes y, por una vez, hagan las cosas como toca pero no espero mucho de ellos.