En verano, las playas se convierten en auténticas pasarelas de moda y en el lugar donde la imaginación de cada uno puede desarrollarse al máximo. Y aunque a primera vista parezca contradictorio, en plenas vacaciones, la gente pierde los complejos y se atreve a enfundarse estampados y tejidos que en otras circunstancias nunca se pondría.

Si uno recorre la playa y se fija en los puestos de venta de bikinis y bañadores, podrá darse cuenta de que lo que más triunfa es lo colorido, lo vistoso y lo exótico. Y, especialmente, estas cualidades se reflejan en los estampados más atrevidos, como los de animales (entre los cuales el de leopardo se queda con el primer puesto) o los motivos florales (sobre todo los de inspiración hawaiana). Aunque, para los menos osados, los cuadros y las rayas bicolores siempre serán un buen complemento.

En cuanto a colores, cuanto más alegres y brillantes, mejor. Escondidos quedan el blanco (a menos que se esté muy bronceado, cuando resulta un aliado ideal para resaltar el tono de la piel) y el negro (reservado para las tardes más elegantes y sofisticadas en los bares de la costa). Los tonos flúor triunfan especialmente, como ocurre con toda la moda de esta temporada en general.

Los detalles también juegan un papel importante. Por eso es habitual encontrar bañadores sencillos, en un único color liso, decorados con piedrecitas de colores o minúsculos brillantes.

Opiniones variadas

Pero, a la hora de elegir el traje de baño ideal no se puede tener solo en cuenta su color o estampado. Los factores a considerar son muchos y muy diversos.

Para Carlie, de Essex, Inglaterra, la regla es siempre la misma: «Menos es más», afirma contundente. La joven turista considera que lo más importante es que la forma del bañador se ajuste bien al cuerpo, pero «sin que tape demasiado».

Lo mismo opinan Arancha y Marta, de Madrid, que además buscan colores que les sienten bien en todo momento: «Los bikinis tienen que ser de un color que no te quede mal cuando no estés moreno por lo que cuando estás blanco como la pared no sueles buscar un turquesa», comenta Arancha, quien asegura que prefiere los tonos pastel. Para Marta, la comodidad es la clave del éxito porque «te gastas mucho dinero con los diseños pero si luego te tiras al agua y se mueve todo, no es muy agradable». Los estampados, los prefieren poco provocativos, «lo que me entre por los ojos», aclara Marta, fanática de los tejidos felinos y surferos.

La italiana Lorenzza, en cambio, tiene claro que la mejor opción son «los colores lisos pero llamativos o el blanco, que resalta mi bronceado». Sigue fiel a la lógica de que la comodidad es esencial y por eso elige bikinis «estrechos y bajos de la parte inferior».

A Inés, surfera, le encantan los colores muy vivos y en los trajes de baño sencillos, los detalles. Ahora bien, «lo más importante que quiero es que mi cuerpo se vea bien de lejos».

Por contra, las inglesas Beckie y Rachel no se preocupan demasiado por las formas y de hecho «yo tengo bañadores de todos los estilos y voy variando», comenta la primera de ellas. Lo importante es destacar, afirma Rachel con contundencia, «tienes que buscar algo diferente».

Las posibilidades son infinitas pero parece complicado encontrar el bañador idóneo si se tienen presentes todos los factores mencionados. Para unos, ir a la última será lo primero, mientras que otros se conformarán con sentirse confortables con lo que llevan puesto. Eso sí, la originalidad estará siempre presente.